Dura rutina
La difícil cita en la que el clan Goyanes se ha volcado con el viudo de Caritina
Antonio Matos tenía una importante tarea que hacer en solitario, sin su mujer, tras su dolorosa muerte. Su suegra y su cuñada le han ayudado
La familia Goyanes aún trata de recomponerse de los tres duros varapalos sufridos este verano, con apenas unos días de diferencia para asimilarlos. La muerte del patriarca, Carlos Goyanes, sumía en la tristeza a todo el clan, que unía fuerzas por la muerte también del tío, pero sin esperar que llegaría el peor de los reveses con la inesperada marcha de Caritina Goyanes. El pasado 26 de agosto, la hija mayor de Cari Lapique perdía la vida a los 46 años por el mismo motivo que su padre, un infarto fulminante que dejaba a todos destrozados. Su viudo, Antonio Matos, está desconsolado al tener que sacar adelante a sus dos hijos ante la dura ausencia de su madre. Por fortuna, cuenta con el inestimable apoyo de la familia de su esposa, como así han vuelto a demostrar Cari y su hija Carla Goyanes, al refugiarse en él y arroparle en un momento clave para sus hijos: la vuelta al cole.
Unas fotografías publicadas por la revista ‘Hola’ muestran a Antonio Matos con sus dos hijos, Pedro y Mini Cari, yendo al centro escolar al que regresan tras su verano más negro. Es un momento difícil y no han escatimado en unir fuerzas, pues la abuela Cari Lapique ha querido estar ahí junto a ellos. La pequeña se ha aferrado a la mano de su abuela para acudir a su primer día de escuela. Por detrás estaba también su tía Carla, que no dudó en sumarse al plan para hacer más llevadera la jornada, haciendo piña cuando más se le necesita.
Aunque Cari Lapique está atravesando el peor momento de su vida, tras perder a su marido y a su hija mayor con dos semanas de diferencia y por el mismo motivo, está sacando fuerzas para sorpresa de todos. Su entereza ha emocionado a propios y extraños, sintiendo la responsabilidad de continuar remando a favor por el bien de sus cinco nietos, de su hija Carla, que es quien peor ha encajado la noticia, así como por su yerno Antonio, a quien no está dispuesta a dejar solo ni un momento. Él afronta el duelo centrándose en la rutina, en sus hijos, en hacerles más llevadera una pérdida que ni él mismo logra comprender.
También a Carla Goyanes se le hace imposible remontar. La pérdida de su padre fue un mazazo doloroso, aunque suele servir de consuelo que lo hiciese en plenas vacaciones, rodeado de los suyos y sin sufrir lo más mínimo. Pero 19 días después fallecía igual su hermana Caritina Goyanes y ahí tocó fondo: “Todavía no me creo que no vayamos a hablar más, ni abrazarnos, ni consolarnos, ni disfrutar más de la vida juntas con nuestros hijos. No más risas, no más discusiones, no más bailes, no más viajes, no más cumpleaños. Eras única e irrepetible, la más generosa, divertida, curranta, disfrutona, con una fe que siempre he envidiado y te ha hecho ser muy feliz los últimos años de tu vida. No conozco a nadie con más amigas que tú, algunas como hermanas. Has sido una madre entregada, una hija súper pendiente de tus padres y aunque seamos totalmente distintas, eres la mejor hermana que he podido tener. Hace unos días me decías que no te creías que todo eso era por papá y ahora yo no puedo creerme yo que sea por ti”, escribía Carla, antes de lanzar una promesa: “Ten por seguro que voy a ser muy fuerte y voy a cuidar a tus hijos todo lo que me dejen como si fueran míos, voy a cuidar a mamá por las dos y voy a cuidar a Matos porque sé cuánto le querías. Verás crecer desde el cielo a tus hijos y vas a estar muy orgullosa de ellos”.
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