
Legado
La gran herencia de Carolina Adriana Herrera, la eterna niña bien
Tras la muerte de su padre, Reinaldo Herrera, el 18 de marzo de 2025, hereda junto a su hermana Patricia un imperio que factura 1000 millones al año en todo el mundo

El pasado el 18 de marzo, Reinaldo Herrera fallecía a los 91 años en su casa de Manhattan. El boato del funeral por el icónico editor de «Vanity Fair», unos días después en la iglesia de San Vicente Ferrer, en Upper East Side de Nueva York, ponía de manifiesto la importancia del apellido Herrera como sinónimo de sofisticación, glamour y moda en el mundo. Vestidas de riguroso luto, las dos hijas del editor, Carolina Adriana (55) y Patricia Cristina (50), abandonaban el templo junto a su madre, Carolina Pacanins.
Venezolano de nacimiento, Reinaldo forjó su carrera gracias a un carisma y carácter que le abrió las puertas de las clases más elitistas de Nueva York, donde se instaló con su mujer y sus dos hijas a comienzos de los años 80. La muerte del patriarca del emporio Herrera señala a sus dos hijas como sucesoras. Pese a ser el relevo natural de la firma, ninguna de ellas estaba predestinada a servir como continuadoras de la saga familiar que factura 1000 millones de dólares al año y posee cerca de 350 tiendas repartidas por todo el mundo. Carolina, como se la conoce en España, estudió Bioquímica y Biopsicología en el College Poughkeepsie y trabajó en el laboratorio de la Universidad
Rockefeller. Su hermana, Patricia, se graduó en Historia del Arte por la Universidad de Brown y, lejos de interesarse por la moda, siguió los pasos de su padre, que era el editor de la revista «Vanity Fair» USA. Pese a sus diferencias, las dos hermanas tenían algo en común: ser dos niñas bien con una educación exquisita.

Con el paso de los años ambas se fueron acercando a la firma. Carolina, más integrada que su hermana menor en la empresa familiar, es hoy la directora creativa de The House of Herrera Fragances, la división de la casa Puig dedicada a la creación de los perfumes de la firma desde hace 25 años. Su perfil profesional no solo tiene que ver con la moda.
Una empresaria de renombre
Conocida en España por haber estado casada con el torero Miguel Báez «El Litri», Adriana también tiene un perfil como empresaria. Desde 2013 es administradora única de Olimigata SL, una empresa que se dedica a objetos sociales dispares. Trabaja, desde la producción, el marketing y la publicidad de ferias y congresos relacionados con la industria de la moda, como la promoción inmobiliaria. Pese a no mostrar demasiados indicios de actividad, la sociedad presentó cuentas en 2023 sin declarar ventas pero presentando beneficios tras impuestos de 19.500 euros. Pese a la aparente falta de movimiento, la empresa declaraba poseer en cuenta activos por valor de 2,6 millones de euros. En 2021, fundó junto a dos socias, Paz Juristo y Beatriz Pardo, Oddities SL, una pequeña empresa dedicada la «fabricación de perfumes y cosméticos». Tras 3 años de andadura, el pasado mes de febrero, las socias ampliaban el capital social de la sociedad un 717% inyectando 28.000 euros hasta los 32.714 euros. El emprendimiento de Carolina Herrera tiene que ver con The Philocalist SL, una empresa fundada en 2022 y dedicada a la «confección, comercialización y venta de toda clase de prendas de vestir y accesorios». En la empresa comparte protagonismo con Amparo Corsini, que ejerce tareas de presidenta. En la sociedad también es socia su amiga Ana Aisa Blanco, mujer de José María Pacheco Guardiola, presidente del multimillonario grupo Konecta, consejero de Acciona y socio de Rosauro Varo en diferentes negocios.
Todos queremos ser Carolina Adriana
Es la encarnación de la elegancia desenfadada. Con ese aire boho chic que la define, ha logrado conquistarnos con su inconfundible estilo. Es imposible no ver cómo todo lo que lleva le sienta a la perfección, gracias a una «dejadez» estudiada que la aleja de convencionalismos. Ni tacones ni maquillaje, Carolina ha demostrado que se puede ser sofisticada sin excesos. Su legado es un reflejo de la simplicidad con glamur. Alternando con maestría jeans cómodos y elegantes vestidos de noche, siempre sabe cómo equilibrar lo básico con detalles llamativos. Su filosofía es clara: «menos es más». Así, con total seguridad, se presenta ante el mundo sin la necesidad de artificios, haciendo de los tonos naturales y el negro sus grandes aliados. A fin de cuentas, todas queremos ser como Carolina Adriana Herrera: un ejemplo de elegancia, autenticidad y ese «rollazo» que tanto nos fascina.
Por: Marta Boira
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