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Balada

Katy Perry y el recuerdo de Orlando Bloom: "No es lo que hiciste, es lo que no hiciste"

Entre reproches y margaritas, la cantante convierte el final de su historia con Orlando Bloom en una balada emocional sobre la ausencia y la resiliencia

Orlando Bloom y Katy Perry larazon

Katy Perry siempre ha sido una cronista del desamor. Desde The One That Got Away hasta Wide Awake, la cantante ha sabido transformar el naufragio emocional en un espectáculo de pop brillante y confesional. Pero con Bandaids, su nuevo lanzamiento, el tono es distinto: más íntimo, más adulto, más dolorosamente contenido. No hay fuegos artificiales esta vez, sino heridas que se cierran con hilo dorado.

El tema llega en el momento más inesperado -apenas unos días después de hacerse pública su relación con el ex primer ministro canadiense Justin Trudeau- y, sin embargo, mira hacia atrás. Todo en Bandaids apunta a su separación de Orlando Bloom, el actor con el que compartió casi una década de vida, una hija y una historia que parecía de cuento. La canción abre con un verso demoledor: "Te juro que lo intenté / No quedó piedra sin remover". Y, enseguida, la frase que ya ha dado la vuelta al mundo: "No es lo que hiciste, es lo que no hiciste".

Dardos envenenados

Es el tipo de reproche que no necesita explicación: la decepción silenciosa, la falta de gestos, el vacío que pesa más que el error. Perry no lanza dardos venenosos, sino agujas precisas. En esa línea, canta: "Me acostumbré tanto a que me decepcionaras / Ya no sirve de nada enviar flores". No hay rabia, hay agotamiento. Ese cansancio elegante de quien amó hasta el último día.

Una cena en Montreal entre Justin Trudeau y Katy Perry desata las especulacionesTERESA SUAREZ / JAMES ROSSAgencia EFE

El videoclip, según ha analizado Page Six, multiplica los símbolos. En una de las escenas más comentadas, Perry pierde un anillo por el desagüe mientras lava los platos y, al intentar recuperarlo, enciende accidentalmente el triturador de basura, hiriéndose la mano. Una metáfora casi brutal del amor que se vuelve contra uno mismo. Los fans han recordado, con cierto morbo, aquella entrevista de 2024 en la que la artista confesaba que recompensaba a Bloom con sexo oral cada vez que él hacía las tareas domésticas. En Bandaids, esa rutina doméstica se convierte en tragedia poética.

Aun así, Perry no cierra la puerta con rencor. En la parte final de la canción llega un gesto de reconciliación: "Si tuviera que volver a empezar / Lo volvería a hacer sin dudarlo / El amor que compartimos valió la pena al final". La margarita que aparece en el vídeo -símbolo de su hija Daisy- termina de sellar ese equilibrio entre melancolía y gratitud. Un adiós que no necesita gritos.

Mientras tanto, su vida sentimental parece haber girado con la misma velocidad que una balada pop subiendo en las listas. Su nueva pareja, Justin Trudeau, de 53 años, se declara "perdidamente enamorado" de ella. Una fuente cercana asegura que el político está "loco por Katy" y que ve en ella "a la mujer perfecta". Y, aunque la historia con Bloom haya quedado atrás, Bandaids demuestra que el arte solo encuentran sentido cuando uno aprende a mirar la herida sin miedo.