
Paso decisivo
Fran y Cayetano Rivera, afectados por el vaciado de Cantora tras su venta
Isabel Pantoja se lo ha llevado todo antes de entregar las llaves. ¿Qué pasa con los enseres de Paquirri que eran para sus hijos? Habla su abogado

Muchos son los pasos decisivos que ha dado Isabel Pantoja en los últimos tiempos. Se avecinan algunos igual de importantes. Pero quizá el que más dolor le provoca es haber echado el cierre definitivamente a Cantora. La cantante abandonó la finca gaditana en la que un día fue feliz con Paquirri, sus hijos y sus fieles amigos, para comenzar de cero en Madrid. Se instaló en una mansión de lujo en La Finca, pero en cuanto acabó el contrato de alquiler de un año, recogió sus bártulos y regresó a Cantora. Pero estos días los camiones de mudanza han vuelto a mover sus enseres. Esta vez, la finca ha quedado vacía.
Tal y como desveló este miércoles Antonio Rossi en ‘El tiempo justo’, se ha cerrado la venta de Cantora y la cantante ya ha entregado las llaves. “Está cuidándose mucho y no habla absolutamente con nadie. Está controlándose los tiempos al completo. Kiko Rivera se enterará hoy de que Cantora está vacía. No hay nada. Solo los tabiques y el techo. Allí ya no va a volver, ella ya no tiene las llaves. Aquello se ha acabado. Cantora para Isabel Pantoja ya es el pasado”, subrayaba. Pero no solo su hijo se estaba enterando por televisión de la mudanza definitiva. También sus hermanos, Fran y Cayetano Rivera. Ahora habla su abogado.
Un poco de esperanza para los Rivera
La que fuese la joya inmobiliaria de Isabel Pantoja ha dejado de ser de su propiedad. La ha vendido, ha sacado todos sus recuerdos y ha entregado ya las llaves a su nuevo dueño. Su intención es iniciar de nuevo fuera de nuestras fronteras, fijando su destino en República Dominicana. Pero entra un interrogante: ¿Qué ha pasado con los objetos de Paquirri que legó a sus hijos mayores, pero jamás se les entregó? Esos que Kiko Rivera dijo haber encontrado en un rincón secreto de Cantora. Trajes de luces, capotes, espadas y demás objetos con gran valor sentimental para sus hijos, que no pudieron atesorar por las trabas que presentó su viuda.

Para conseguir recuperar su herencia contrataron los servicios del abogado Joaquín Moeckel, que sigue en firme luchando para conseguir su cometido. Así lo ha vuelto a subrayar en conversación con ‘Hola’, al contextualizar la venta de Cantora: “Han sido los acreedores más que la propia voluntad de quien vende (…) Cuando te acudían las deudas, hace falta quitarse de encima las propiedades. No es cuestión de una venta voluntaria. No hay voluntad, sino la voluntad de los acreedores”.
Aun así, su intención es que se entreguen de una vez por todas los objetos que pertenecieron a Paquirri y que él quería que tuviesen sus hijos: “Mis clientes tenían asignados enseres muy concretos: trajes de torear, fundas de espadas, capotes, muletas, cabezas de toro, una escopeta de caza o incluso un tomavistas antiguo”. Todo esto se perdió misteriosamente e incluso se asegura que se fingió un robo. “Eran recuerdos de su padre, pero también parte de su profesión, un legado emocional y simbólico”, subraya el letrado a la citada revista.
Esta venta y el vaciado de Cantora podría ofrecer algo de esperanza para Francisco y Cayetano Rivera. Aun así, saben que, si en décadas se les ha privado de su deseo, no se realizará ahora por propia voluntad. Y es que no quieren entrar en el terreno judicial por principios: “Para ganar ese pleito tendría que llamar a Kiko Rivera como testigo. Si decía que había visto los enseres, se ponía contra su madre; si decía que no, contra sus hermanos. Y yo no estoy dispuesto a eso. No vale todo”. Es por eso que al final no se ha dado el paso de pedir la mediación de un juez: “Preferimos actuar como el rey Salomón y dejarlo estar”.
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