
Entrevista
Lulu Figueroa Domecq: la pintora más «cool» de la jet
Hablamos con la nieta de la condesa de Romanones sobre arte, moda y la influencia de su familia en su obra

El 12 de marzo, en una exclusiva en el hotel Four Seasons de Madrid, Brugal presentó al mundo su última joya ultra-premium: la botella Andrés Brugal Edición O2. Un lanzamiento que, por supuesto, no pasó desapercibido por la jet set de nuestro país y que reunió a numerosas figuras destacadas, como Lucila (Lulu) Figueroa. La joven pintora, una de las artistas más prometedoras y renombradas de nuestro país, acompañó a Brugal en esta fecha tan especial para la marca. «Es una con la que conecto mucho por su enfoque en la creación cuidada y meticulosa, algo que considero excepcional y muy alineado con mi propio trabajo en el mundo del arte», afirma a este periódico.

Figueroa es una de las pintoras con más renombre de nuestro país y su carrera también está muy ligada al mundo de la moda, pasión que ha heredado de su abuela, Aline Griffith, condesa de Romanones, espía de la Segunda Guerra Mundial y un verdadero mito de la aristocracia y la moda. «La recuerdo mucho, ahora mismo más que nunca, siempre ha sido un referente, para mí es un icono», confiesas obre su abuela. Ambas estuvieron muy unidas y, tras su fallecimiento en 2017, la artista ha continuado con su legado a través de la Fundación que lleva el nombre de Aline. «He heredado de mi abuela su ejemplo de convicción y tesón. Cada vez noto más fuerza para seguir haciendo lo que me gusta y creo que es gracias a ella». Lulu Figueroa también ha heredado de su abuela su belleza y elegancia innata, así como su pasión por la moda. Para ella, la pintura y la moda «son dos formas de arte y de expresión de emociones. Pienso que la moda se inspira mucho en el arte para crear y a la inversa. Ambas tienen en muchas ocasiones como fuente de inspiración a la naturaleza». A lo largo de los años, ha colaborado con diferentes firmas e incluso homenajeó a su abuela con el diseñador Fabio Encinar, diseñando una colección inspirada en su figura y legado.
Por parte materna, Lulu también comparte con sus primas, las hermanas Osborne, esta misma pasión, siendo una de las sagas más solicitadas en los front rows y photocalls de nuestro país. Todas están muy unidas y disfrutan mucho los veranos en Jerez. «No sería lo mismo si no estuviéramos todas juntas», confiesa.
De nacimiento
El arte corre por las venas de Lulu. Además de la influencia de su abuela, es sobrina del pintor Cristian Domecq, hermano de Sandra Domecq, uno de sus mayores referentes artísticos. «De mi tío he aprendido a observar, a observar la naturaleza, y a captar momentos de la vida cotidiana que te inspiren, una siesta, un corte de pelo, un paseo por el campo…», desvela a este periódico. A finales de 2024 Lulu expuso «Transition», su última exposición basada en la belleza de la cotidianidad y en su vida familiar. «Ahora me he atrevido a representar escenas, me imponía mucho, pero hay momentos que estoy viviendo que quiero que queden plasmados en el lienzo y así perduren», explica.
Aunque la naturaleza es su mayor fuente de inspiración, añade que «he introducido poco a poco escenas cotidianas con mis hijos como protagonistas, ese es mi proyecto personal. Pero sigo pintando flores que me apasionan, disfruto muchísimo y me gusta transmitir con ellas paz y tranquilidad», explica.
Con la mente puesta en su próxima exposición en 2026, Lulu sueña con «tener mi propio espacio donde exponer mis cuadros y obra de forma regular, crear un espacio único». Para la artista, ese sería cumplir uno de los pocos sueños que le quedan por hacer. Mientras tanto, compagina su trabajo de pintora con otros proyectos relacionados con el mundo de la moda. Además, puede presumir de tener el título de influencer y acumula más de 36.000 seguidores en IG, aunque descarta dedicarse «cien por cien» a las redes.
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