Confesiones
Mariló Montero recuerda su infancia y a su madre en su entrevista más íntima
La periodista se ha sentado a hablar con una amiga, lo que le ha hecho sentirse cómoda y abrirse como muy pocas veces lo ha hecho en público
Mariló Montero no acostumbra a dar entrevistas, pues se siente más cómoda al otro lado de la mesa. Aun así, la presentadora ha querido dar pinceladas sobre cómo es su vida en la actualidad, reflejando su relación con sus dos hijos, así como echando la vista atrás y recordando episodios importantes de su vida, incluida su infancia y adolescencia. Una mirada al pasado que le hace recordar a su madre y aquellos consejos que le daba cuando era niña y que no ha logrado entender hasta que han pasado los años y ha madurado sus palabras. Una mirada íntima que la periodista ha permitido como excepción, al estar en confianza, con una amiga desde hace más de 30 años, Amalia Enríquez.
Ambas se han sentado para hablar sobre lo divino y lo mundano. Una sesión de confidencias entre amigas que ha quedado reflejado en ‘The Luxonomist’. Una de las preguntas más curiosas planteaba la idea de poder viajar al pasado. La exmujer de Carlos Herrera tiene claro que compartiría instantes con su madre, a quien echa mucho de menos. Pero también desearía regresar a un momento clave en su vida: “El amor que brota en tu alma en cuanto abrazas a tus hijos nada más nacer”. Y es que la vida le ha hecho valorar los pequeños gestos, los detalles, más que el lujo y la ostentación. De ahí su orgullo por su “propio crecimiento personal”, que le empuja a estar en “una permanente conquista vital”.
¿Y cómo sería un día ideal para Mariló Montero? No necesita mucho, tan solo lo que ya le rodea y el mejor escenario. Quiere a su familia y sus amigas a su lado mientras van “pasando el día o el finde o las vacaciones”. Querría compartir confidencias, hablar durante horas y echarse unas risas mientras se toman un refrigerio. También sería perfecto si el plan incluye música para cantar y bailar, así como juegos varios: “Soy feliz cuando intento construir momentos felices para hacerles felices”.
Así, la conversación derivó a la madre de la protagonista, que “de muy pequeñita (…) me dijo algo que aún rememoro con mucho amor. Cariño, es que tú tienes mucha personalidad”. No sabía a qué se refería, pero después descubrió que ese detalle “era lo que me hacía diferente”. Descubrió que “atraía a los grupos del colegio sin ningún esfuerzo ni intencionalidad”, algo que define como un “imán”. Su secreto está en su atractivo carácter, por el que nunca pasa desapercibida.
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