Espiritualidad
Richard Gere es bendecido por el Dalai Lama: su influencia en el budismo
El actor ha viajado a la India para festejar los 90 años del líder espiritual y reforzar su fe en el budismo tibetano
El budismo en Hollywood parece más pose que un sentimiento genuino, sobre todo cuando se publicita en redes sociales buscando likes o una entrevista con Oprah Winfrey como sacerdotisa para la ocasión. No es el caso de Richard Gere, discípulo del Dalai Lama casi desde que los monjes vivían en cuevas. Se formó directamente con él y con otros lamas tibetanos de alto rango. Practica meditación, se guía desde hace décadas por su filosofía y en 1991 creó la Fundación Gere para impulsar proyectos humanitarios relacionados con la cultura tibetana, la investigación del VIH y los derechos humanos.
Su budismo es activo, pero discreto y desde la humildad. También ha aprovechado la industria del cine para impulsar documentales y películas sobre la figura del Dalai Lama, como "Samsara" y "Kundun". Su influencia ha sido decisiva para acercar el budismo a Occidente, pero nunca desde la frivolidad con la que otras celebridades han abrazado la religión. Aun así, su presencia en el 90 cumpleaños del maestro ha generado más de un comentario sarcástico.
El líder espiritual de los budistas tibetanos cumplió 90 años el domingo y la pequeña ciudad india de Dharamshala, en las faldas del Himalaya donde vive, se ha convertido estos días en punto de encuentro para líderes espirituales, dignatarios y simpatizantes de todo el mundo que se han reunido para honrar la vida y las enseñanzas del Dalai Lama.
Compromiso más alla de la vida
Entre ellos, Richard Gere, que compartió una conmovedora experiencia personal. "Una vez fui a ver al Dalai Lama cuando me sentía muy cansado", relató. Al preguntarle si podía parar ya, le respondió: "Sí, puedes parar cuando yo me detenga, que es nunca". A continuación, le advirtió: "Este no es un compromiso para toda la vida. Es un compromiso para muchas vidas, no solo por el Tíbet, sino por el pueblo tibetano, que ha sufrido graves abusos durante décadas por parte del Partido Comunista Chino".
El actor acató el mandato y lleva ya más de cinco décadas de práctica budista, de devoción a su maestro, el Dalai Lama, y de labor incansable por la causa del pueblo tibetano. Su primer encuentro con el budismo fue cuando apenas tenía veinte años y topó con un texto que contenía las enseñanzas de Buda y las nobles verdades del Dharma. Fue su despertar hacia una manera de vivir con sabiduría, ética y compasión. Antes ya se había interesado por la filosofía de George Berkeley y la de los existencialistas. Devoraba cualquier tratado que le ayudase a dar sentido a su vida y así es como dio con los libros de Evans Wentz sobre el budismo tibetano. Necesita un refugio para su espíritu y quiso aprender. Fue una conexión intuitiva que le llevó a buscar maestros zen.
Meditación en su destartalado apartamento
Con 24 años, empezó la meditación en su destartalado apartamento intentando recomponer su vida. Cinco años después, viajó a la India para conocer al Dalai Lama. Le preguntó si realmente llegaba a sentir las emociones de los personajes que interpretaba y se echó a reír cuando le dijo que sí. "Mi vida cambió por completo la primera vez que estuve en presencia de Su Santidad", ha contado en sus entrevistas. Empezó a trabajar con él y su dureza le hizo ver cuánta falsedad había en la visión romántica que a menudo se transmite sobre el budismo. Él mismo tuvo que demostrar que lo suyo iba en serio.
Desde entonces, se ha desplazado hasta la India en numerosas ocasiones, pero sintiéndose un estudiante más, poniéndose al día con sus maestros. Algunos son ermitaños que bajan desde las colinas y le recuerdan cómo la vida puede ser una distracción poderosa y lo fácil que es desviarse. "Necesito que la religión me diga quién soy, que me muestre mi camino constantemente".
La presencia de Gere estos días en la India es un gesto simbólico y sincero para los fieles que ayuda a reforzar la resonancia global del mensaje de compasión y resiliencia del Dalai Lama.