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Pasión

De Sergio Ramos a Sol Daurella: famosos españoles al galope

Numerosos rostros conocidos apuestan por los caballos

Sergio Ramos RAYADOSEUROPAPRESS

Desde la fértil campiña sevillana de Bollullos de la Mitación surge uno de los proyectos más fascinantes y personales de la carrera de Sergio Ramos: su majestuosa finca‑yeguada La Alegría o Yeguada SR4. Con más de 44 hectáreas, 40 boxes, nueve corraletas, tres picaderos al aire libre, uno cubierto y un caminador, Ramos ha materializado un sueño de infancia convertido en milagro rural. Allí no solo cría equinos; con «puro amor al caballo», como apuntan a LA RAZÓN, reconoce que «nadie se mete a esto para ganar dinero… invierte sin recibir nada a cambio».

La yeguada, fundada en 2012 y capitaneada por su cuñado Carlos Muela, exhibe campeones como Yucatán de Ramos, que en 2018 se alzó con el título mundial PRE y ha coleccionado más de siete galardones. También fue hogar de potros como Pícara, cuya venta emocionó a Ramos como muestra de su implicación emocional. Además, su finca multiactiva alberga piscina, pista de pádel, campo de fútbol, lago y una casa de estilo rústico de 12.800 metros cuadrados, un sueño hecho realidad en su tierra natal.

Las fincas ecuestres, en expasión

Este estilo de vida hípico también ha inspirado a otros rostros del panorama español, como Fran Rivera Ordóñez, torero y empresario, que ha convertido su herencia taurina en un imperio rural. Su Dehesa El Trébol en Badajoz y las fincas de Villamanrique de la Condesa y San Cayetano, en Ronda, combinan cría de caballos, hotel rural y eventos ecuestres. Criador en el SICAB junto a Lourdes Montes, fusiona tradición y turismo rural, fiel al espíritu «campo de raíces profundas» que promueve en las redes. Antoine Griezmann también echó raíces ecuestres en España. Aunque francés, fundó una cuadra en Macon que ficha purasangres como Hooking, con más de 200.000 euros en premios, y ha confirmado el elevado estatus de sus equinos en hipódromos europeos. Sergio Álvarez Moya, jinete olímpico, pertenece a ese selecto club. Con estructura profesional, compite en salto y doma, y se ha vinculado activamente al negocio rural compartido con Ramos en la yeguada SR4. En el ámbito empresarial, Nahman Andic, cofundador de Mango, mantiene discretas fincas en Andalucía o Cataluña, utilizadas en polo y cría de pura raza, un pasatiempo común entre élites vinculadas al lifestyle y al diseño de marca. Otro enamorado es Miguel Ángel Gil Marín, heredero de Jesús Gil y activo en la dirección del Atlético de Madrid, participa en circuitos hípicos y tiene acceso a instalaciones profesionales asociadas al hipódromo cercano al club, sin poseer una finca propia pública.

Fran Rivera Gtres

Impacto económico

En el universo de las grandes fortunas, destacan también Marta Fernández Andrade, heredera de Zeltia y Pescanova, ligada a proyectos de agro‑hípica en Galicia que incorporan turismo verde; Karina Pau, ex de Julián Muñoz, vinculada a clubes ecuestres de lujo en Málaga; y Sol Daurella, presidenta de Coca‑Cola European Partners, promotora de iniciativas hípicas sostenibles en Cataluña. Más allá, figuras como Juan Abelló, reputado financiero y coleccionista, poseen fincas privadas en la sierra madrileña equipadas para doma y salto, muestra de discreta pasión hípica familiar. Incluso el actual dueño de Telepizza se asocia a una finca en La Mancha con circuito de doma y salto, integrando lo ecuestre en su marca personal y visión empresarial. Estas mujeres y hombres comparten tendencias: ir más allá del puro deporte, invirtiendo en infraestructuras de calidad, combinando espacio de vida, crianza de equinos y escenarios para eventos. Todos ellos han transformado sus propiedades en escaparates de imagen, estilo, conexión con la naturaleza y retorno patrimonial a largo plazo. Detrás de esta fiebre ecuestre hay un favor institucional y económico: España, con más de 722.000 équidos, de los que un 51 por ciento son de raza pura, y un sector que movió en 2019 unos 5.700 millones , con una expansión del 39  por ciento desde 2013, se ha convertido en uno de los líderes europeos en cría y competición ecuestre. No es casualidad que la moda equina se imbrique con el turismo rural, el lujo sostenible y el legado familiar.

La ecuestre es, así, una narrativa de lujo con herraduras, donde la élite española, desde futbolistas hasta industriales, invierte en experiencias genéticas, competición y patrimonio visible. Sergio Ramos la encarna con pasión, Fran Rivera con raigambre cultural, Griezmann con competitividad internacional, y el resto con la discreción de sus mansiones y establos. Porque más allá del caballo, lo que compran es libertad rural, exclusividad y un modo de vida donde la naturaleza, el estilo y la tradición se dan la mano. Un lujo refinado, visible, domado y con bridas.