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Barcelona

Fornells, la república independiente de los Mas

De izda. a dcha., Helena Rakosnik con su marido, Artur Mas, y dos de sus hijos larazon

Son prácticamente autóctonos. Artur Mas y su familia numerosa desembarcaron en la isla de Menorca hace más de 40 años, cuando Fornells, el idílico enclave en el que veranean cada año, era tan sólo un pueblecito pesquero situado al borde de una bahía y regado de pintorescas casitas blancas. Sin embargo, las calles de esta localidad de Mercadal han visto desde entonces a los miembros del clan Mas pasear y socializar con sus habitantes, lo que ha supuesto un potente reclamo turístico. Ahora, la que seguro será la boda del año en Menorca atraerá a todavía más curiosos y adictos al cotilleo: Patricia Mas ha elegido este enclave para casarse el próximo 29 de junio con su prometido, el abogado Rubén Torrico Franco.

Y es que Fornells no es sólo un paradisiaco rincón, sino todo un baluarte de los Mas. Cada vez que llegaba la temporada estival, Artur y su mujer, Helena Rakosnik, ponían rumbo a la isla mediterránea, donde se alojaban en alguno de los hostales o alquilaban un apartamento.

Aumentan las reservas

Su emplazamiento favorito era el Hostal S'Algaret, donde las habitaciones rondan los 80 euros: «Han sido clientes nuestros durante muchísimos años». Tal es la confianza que depositan en ellos que ha sido uno de los elegidos para alojar a los cerca de 300 invitados de Patricia: «Ella vino personalmente la semana pasada para reservar todas nuestras habitaciones, así que estamos llenos», comentan sus propietarios. Los novios han decidido reservar habitaciones en todos los hoteles, apartamentos y hostales de la zona y, según cuentan sus recepcionistas, serán ellos los que correrán con todos los gastos.

En el Hostal La Palma (45 euros la noche), en la misma plaza de Fornells, resaltan que la pareja es «encantadora»: «La semana pasada estuvieron aquí cerrando los preparativos de la boda, y vinieron a nuestro hostal a tomar un aperitivo. Son muy amables». Tanto, que gracias a ellos la humilde posada ha conseguido una total ocupación en los días que rodean al enlace.

También han visto aumentado el número de reservas los demás complejos hoteleros de la zona: el Bergantín Menorca Club, con apartamentos que alcanzan los 550 euros, o el TRH Tirant Playa, de 150: la pareja Mas-Torrico ha copado completamente el pueblo. También han reservado algunos más económicos, como los de C'ab Digus: «Patricia nos explicó que ella pagaba todas las habitaciones y que después cada invitado iría confirmando. Nuestros apartamentos rondan los 70 euros por persona y, gracias a esta boda, tenemos lleno total». Sin embargo, en el Hostal Port Fornells (cerca de 90 euros por día), en la lujosa urbanización Ses Salines, afirman que, para ellos, «la hija del señor Mas es una clienta más». En su tour, la pareja reservó muchas de sus habitaciones, pero sus propietarios se negaron a cerrarles el hotel para ellos.

Por su parte, los vecinos están divididos. La gran mayoría se muestran felices de que la primogénita de Artur Mas haya escogido su pueblo para celebrar un día tan importante que, además, atraerá a lo más granado de la sociedad catalana, por no hablar de la comunidad política. «Va a suponer un «boom» turístico, y un evento así siempre hace que aumente el consumo y que se llenen los bares y los restaurantes», cuenta Irineo, un vecino de Fornells. «Aquí son muy muy queridos, porque los conocemos de toda la vida. Los hijos también suelen venir alguna semana en verano, y son encantadores», cuenta otro de ellos. Pero aunque son los menos, también hay lugareños que opinan que todo este revuelo va a alterar la tranquilidad en la que viven.

Comida sobre el mar

Previendo la oportunidad que se les acercaba, los restaurantes de la zona también se vistieron de gala para intentar ser los elegidos para el fastuoso banquete. En El Pescador, a donde acuden los Mas con frecuencia, tenían grandes expectativas, que compartían con los propietarios de otros locales de la zona como Ca Na Marga o Cafe del Nord. Pero finalmente ha sido el increíble Ses Salines el afortunado. Su dueño y encargado, Toni, cuenta a este diario su emoción al enterarse de la noticia, aunque no ha querido desvelar ningún componente del menú nupcial. «Como es lógico, vamos a cerrar el restaurante para ellos. Tenemos capacidad porque nuestro establecimiento es grande, y tiene una terraza exterior que está directamente sobre la bahía, por lo que las vistas son espectaculares». ¿El precio mínimo del cubierto? De 50 euros en adelante, aunque lo normal en estos casos es que no suela bajar de los 150.

Un chalé presidencial

Y puestos a invadir y ocupar Fornells, ¿por qué no adquirir un magnífico chalé en el pueblo en el que tantos veranos han pasado? Artur Mas no se lo ha pensado dos veces y se ha comprado una tranquila propiedad sobre la bahía, según confirman agentes inmobiliarios de la zona. Aunque siempre se habían hospedado en apartamentos y hoteles, el verano pasado el matrimonio Mas-Rakosnik habría decidido convertirse en propietario de un inmueble. La casa, de tres pisos de altura, se encuentra en Carrer Tramuntana número 30, y desde sus ventanas se contempla el intenso azul del mar Mediterráneo, pues está sobre los acantilados que caracterizan la costa norte de Menorca. Aunque los detalles del interior de la vivienda no han trascendido, porque la venta se ha producido entre particulares, se calcula que ronda los 150 metros cuadrados y que el presidente de la Generalitat ha pagado 400.000 euros por ella. «Está en una posición inmejorable, cerca del castillo de Sant Antoni», cuentan desde el Ayuntamiento de Mercadal.

Patricia, la hija devota

«Siempre va a misa los domingos». Marta Martí la conoce bien, y no sólo porque son íntimas amigas desde que se conocieran en la Universidad Ramón Llul de Barcelona. Es esta joven catalana la encargada de diseñar el vestido de boda de la hija de Artur Mas. LA RAZÓN ha hablado con esta prestigiosa diseñadora, cuyo «atelier» se encuentra en la barcelonesa Vía Augusta: «Yo he diseñado su vestido de novia, y aunque no puedo dejar escapar ningún detalle, se trata de una pieza muy elegante y muy acorde con el estilo de Patricia». Las dos jóvenes son casi como hermanas, y su amistad llega al punto de que la primogénita del clan Mas ha hecho de modelo de los diseños de Martí en numerosas ocasiones. «Es como de mi familia. Sólo tengo buenas palabras para ella, pues tiene un gran corazón, aunque a veces se la juzgue por ser quien es, por su entorno o por su padre, y ella no tiene nada que ver: es todo lo contrario a él». Parece que la misma opinión le merece Rubén Torrico, el prometedor futuro marido de Patricia: «Todo lo que he dicho de ella se le puede aplicar a él: es una persona excelente». Respecto a la polémica despedida de soltero taurina del abogado, Marta opina que se ha exagerado y sacado de contexto, y que «no tiene nada que ver una fiesta o incluso sus ideas políticas con el trato que tiene con sus futuros suegros».

Mientras cierran los últimos detalles de la ceremonia, Martí se describe como «honrada y orgullosa» por haber sido la elegida para vestir a Patricia, «sobre todo en un día tan importante». Aunque también suele encargarse de los atuendos de las madres de las novias, en este caso Helena Rakosnik tenía un compromiso, aunque sí la ha vestido en otras ocasiones. Los diseños de Martí están hechos a medida, y sus precios dependen de los tejidos, del patronaje y de la urgencia del pedido, si bien se comprende que no son precisamente económicos.

Como es natural, la novia vestirá de blanco porque, además, es una católica practicante: «Tanto Patricia como su madre, y podría afirmar que también el resto de la familia, son asiduos a la iglesia». El enclave que han elegido para la ceremonia no se debe a otra causa que el deseo expreso de Patricia de reunir a sus seres queridos en uno de los sitios en el que más feliz ha sido, pues ha pasado allí prácticamente todos los veranos de su vida: «Todas tenemos un lugar en mente cuando pensamos en nuestra boda. El de Patricia era Fornells, que para ella es idílico».

Los demás detalles de la ceremonia son difíciles de rastrear. Es posible que los arreglos florales los haga Bornay, donde dicen que «no lo tenemos confirmado todavía», pero esta floristería de Barcelona cuenta con la confianza de la familia y, sobre todo, de la diseñadora Marta Martí. Lo mismo pasa con el reportaje fotográfico: Jordi Sintes, el prestigioso fotográfo de grandes figuras como Don Juan Carlos, José María Aznar o el propio Artur Mas, cuenta a este diario que aunque es probable que se la encarguen a él, todavía no le ha sido indicado oficialmente. Tendremos que esperar al 29 de junio para enterarnos de los entresijos de la boda del año.

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