África

Kenia

Una exclusiva sorprendente

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Nunca me hubiera imaginado que Paloma San Basilio se traicionara a sí misma al jurar a las exclusivas de las revistas del corazón. ¿Qué necesidad tiene Evita, una de las grandes artistas de la música de nuestro país, de autopromocionarse al abrir las puertas de su vida privada? Me lo podía imaginar de cualquiera, pero de ella, sinceramente, no. La cantante se ha desplazado a Kenia para enseñarnos cómo amanece en el Masai Mara en compañía de Capi, su pareja desde el año 1978, según publica una revista.

Hemos pasado de verla recoger discos de oro y platino a pasearse por más de la mitad de los parques naturales de Kenia (Kilimanjaro, Samburu, Masai Mara, Amboseli, Nakuru...) en lo que, según ella, ha sido «un viaje iniciático. África se mete dentro de ti y quieres volver». San Basilio ha viajado con la cámara de los tontos, nombre con el que bautizó el irrepetible Julio Ayesa a los modelos que hacen las mejores fotos sin que su dueño y protagonista de las mismas se vea obligado a hacer un curso por correspondencia de fotografía. La pionera en estas lides fue Carmen Martínez-Bordiú. Aprendió a amortizar los viajes junto al anticuario Jean Marie Rossi y a su tercer marido, el montañés José Campos.

Sorprende ver las secuencias al más puro Safari Park junto a dóciles cebras o elefantes. O las imágenes al estilo Angelina Jolie mientras acaricia la cara de un pequeño masai. Pero aún me llama más la atención la indumentaria de Barbie Tapioca con la que posan. Claudio Rey, alias Capi, aparece como un experimentado cazador de elefantes.

Y me pregunto, ¿esta autopromoción de la cantante junto a un fornido hombre no va a despertar el interés por su vida privada? A mí, personalmente, me apetece comprobar a través de un reportaje verdaderamente robado, no autorizado, qué tipo de pareja es realmente y si su unión no es fruto de una mera imagen promocional. Quiero verles en la playa mientras se regalan besos, pasean de la mano y comparten un baño otoñal en la playa de Zahara de los Atunes. «Juntos, amor para dos, amor en buena compañía», como dice la canción. Ahí, entonces, volveré a creer en la estrella.