Historia

Barcelona

Maribel Martín regresa a la escena

Maribel Martín, en el estreno
Maribel Martín, en el estrenolarazon

Ni los más viejos del lugar recordaban un estreno tan numeroso y representativo, y es que Ágatha Ruiz de la Prada firma el vestuario, la escenografía y parte de la singular obra de «Sofocos», que devuelve a Lolita al teatro. Ante el esplendor del estreno, Carlos Ferrando, Agustín Trialasos y Charo Reina, que estrena «La reina mora» en La Zarzuela, se pusieron melancólicos. También recordó tiempos pasados Maribel Martín, la imprescindible cara bonita de los 80, que vuelve a los escenarios tras veinte años sin pisarlos, cuando murió Julián Mateos. Le picó el gusanillo mientras aplaudía a Lolita con esos «sofocos» fruto de la menopausia, que también sufren Paz Padilla y Fabiola Toledo tras un prólogo virtual de María Teresa Campos. La noche marcó la reaparición de Césima Ramírez, hija de Ágatha, y de Mercedes Milá tras renunciar al condado del Montseny en favor de su hermano. Le comenté cómo García Abad exaltaba a su padre en su libro sobre el Conde de Barcelona. «Papá siempre se sintió un poco marginado cuando historiaban sobre los hombres de Don Juan. Una lejanía marcada por ser barcelonés. Me alegra lo que me cuentas, sobre todo por mamá», reconoció ante su barbudo amigo Araón. Milá evitó a los fotógrafos, que se lanzaron sobre esas nuevas «chicas de Colsada» –en este caso, de Jorge Javier Vázquez– que son Raquel Bollo, un apellido que le viene como anillo al dedo, porque no puede vestir más hortera, Charo Mohedano, la atractiva Chelo García Cortés, poniendo al mal tiempo buena cara, y Rosa de Benito, muy delgada tras el paripé reconciliador con Amador. Lo comentaban ante Isabel Da Silva Ramos y un Ángel Barutell recién salido del hospital. Él y Juan Pedro Abeniacar mantienen el buen aspecto de siempre.

Otro Juan, «el golosina», saludó a mi lado festivamente la aparición de Lolita, porque en su móvil sonó «La zarzamora». Pareció cosa del demonio, algo sobrenatural observado por José Manuel Parada, que no soltó su teléfono mientras María Kosty se emparejaba a Valentín Paredes, José Toledo valoraba su fallida experiencia en Telemadrid, María León hacía gala de su estilizada figura y Carmen Lomana contaba que en un almuerzo con Carmen Navarro le birlaron la bufanda de cachemire. Ni un respiro en un estreno tan abarrotado.