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La gran dinastía de Los Lesseps: auge y caída del Canal de Suez

La crisis del Mar Rojo ha puesto de relieve al creador de esta colosal obra de ingeniería y a algunos descendientes

Retrato de Ferdinand de Lesseps
Retrato de Ferdinand de LessepsRijksmuseum

Noviembre de 1869. Egipto celebra la inauguración de su proyecto arquitectónico más emblemático, el  canal de Suez . Una impresionante obra de ingeniería que permitiría un viejo sueño desde tiempos de los faraones: unir el Mar Rojo con el Mediterráneo, lo que acortaría la distancia de los viajes marítimos y favorecería el comercio entre Oriente y Occidente. Según las crónicas, los festejos con motivo de la apertura fueron desmedidos. La guinda fue la presencia de la emperatriz Eugenia de Montijo, que vino desde Europa en su propio yate imperial, «El Águila». Hubo una cena para seis mil personas en la ciudad de Ismailía, a la que, además de la esposa de Napoleón III, también acudieron el emperador de Austria y el príncipe de Gales. El artífice de todo aquello fue el vizconde francés Ferdinand deLesseps, quien entonces estaba a punto de cumplir 65 años. Qué mejor regalo de cumpleaños.

Aquellos honores se ven hoy empañados por la dramática situación que vive la que fue una de las grandes obras de ingeniería del siglo XIX. El tráfico en este paso ha caído un 45 por ciento en favor de otros puertos, debido a la proliferación de ataques de rebeldes hutíes en Yemen, lo que obliga a los navíos a buscar rutas más seguras que el ahora revuelto Mar Rojo.

A pesar de este problema, la figura de Lesseps sigue alimentando su leyenda. Hijo del embajador francés Mathieu de Lesseps y de la malagueña de origen belga, Catherine de Grivegnée, logró una importante carrera en la diplomacia. Fue embajador de Francia en España o cónsul de Francia en Barcelona, donde cuenta con una de las plazas más emblemáticas de la Ciudad Condal por su papel como mediador en un conflicto del pueblo contra Espartero.

Lazos con Eugenia de Montijo

Casado en dos ocasiones y padre de doce hijos, contaba con gran predicamento en los salones del gran poder, donde introdujo a su prima hermana, la andaluza María Manuela Kirkpatrick, condesa de Montijo por su matrimonio con Cipriano Portocarrero, al que conoció en la casa de los padres de Lesseps en París. Esta fue la madre de Eugenia de Montijo, quien, siguiendo la ambición materna por brillar en la sociedad internacional, se casó con Napoleón III, sobrino del primer emperador Bonaparte.

Victoria De Lesseps, Countess Luann De Lesseps and Noel De Lesseps attend Fashions's Night Out at Macy's Union Square
Victoria De Lesseps, Countess Luann De Lesseps and Noel De Lesseps attend Fashions's Night Out at Macy's Union SquareTRISHA LEEPERAFP

El apellido Lesseps sigue brillando con luz propia. El que más atención ha suscitado de la familia ha sido su tataranieto, Alexander de Lesseps, de 74 años, director de cine, financiero y filántropo. Pionero de la microfinanciación en países de desarrollo, en 1988 construyó una escuela para 100 alumnos en Myanmar junto a su buen amigo, Ricardo Sicre, una de las personalidades más fascinantes del siglo XX: espía al servicio de la OSS estadounidense, empresario, amigo de Robert Graves, Ava Gardner… Sin embargo, la que más titulares ocasiona es la que fuera su segunda esposa.

Hablamos de la condesa Luann de Lesseps. La modelo, cantante y actriz, de 58 años, se convirtió en toda una celebridad en Estados Unidos cuando, ya separada de su marido, participó en «The Real Housewives», un «reality» de mujeres ricas. En 2017, ebria, fue arrestada por agredir a un oficial de policía. «Está arruinando el apellido de la familia», dijo Alexander. Hoy, Luann, con un millón de seguidores en Instagram, cuenta con su propio cabaret.

Fruto de su matrimonio con Lesseps, nacieron Victoria, de 29 años, y Noel, de 27, quienes la demandaron en 2018 por la presunta venta ilegal de una casa. Un año después, se reconciliaron. Victoria, que también ha salido en los papeles por su arresto en 2017 mientras conducía bajo los efectos del alcohol, es una pintora conocida por sus provocadoras creaciones. Su hermano Noel también se dedica al arte y cuenta con un futuro prometedor. Con solo trece años, montó su primer negocio: una tienda de patinetes. Unos genes emprendedores que demuestran que descienden de Ferdinand de Lesseps, quien también tuvo su propio escándalo: murió cuestionado por el coste de su último gran proyecto, el Canal de Panamá.