Ha pasado un año desde aquel 6 de abril, que amaneció en Madrid con el cielo plomizo, pero sin amago de lluvia. José Luis Martínez-Almeida llegó a la iglesia de San Francisco de Borja impecable con su chaqué confeccionado por el sastre madrileño Fernández Prats y el correspondiente nudo en la garganta. Allí recibió a las personalidades del mundo de la política, la cultura, la sociedad española. Y también a la realeza.

Juan Carlos I, llegó acompañado por sus hijas, las infantas Cristina de Borbón y Elena, y algunos de sus nietos. En "el día más feliz" de su vida, el alcalde estuvo también arropado por la plana mayor del Partido Popular y su extensa familia. Buena parte de los madrileños se sumaron a las felicitaciones y celebraron con él la despedida de una soltería que, en algún momento, se vaticinó eterna.

Solo unos meses antes, Teresa Urquijo le había robado el corazón y esa mañana del 6 de abril, poco después del mediodía, bajó del coche acompañada de su padre. Vestía un diseño muy elegante de la casa Navascués que habían lucido su madre y su abuela materna.

Del beso al chotis nupcial

Pasadas las 13:20 horas, los novios salieron del templo, ya convertidos en marido y mujer, y se dirigieron a la finca El canto de la cruz, donde se organizó un banquete nupcial castizo cuyo broche fue el original chotis nupcial de los novios. Culminaba así la historia de amor entre el alcalde de Madrid y Teresa Urquijo que comenzó en una feria de arte y se hizo pública durante la tradicional corrida de la Prensa en la plaza de toros de Las Ventas.

El regidor y la analista, perteneciente a dos de las familias con más abolengo de nuestro país, iniciaban una vida en común y muy feliz, según ha expresado el alcalde siempre que ha tenido ocasión a lo largo de estos doce meses con su habitual campechanía.

"Pronto seremos tres"

En enero, compartió en redes la noticia de su futura y anhelada paternidad. "Pronto seremos tres", escribió en su perfil de Instagram con una imagen junto a su esposa Teresa. Han sido meses intensos y muy plenos para la pareja. Mientras esperan el nacimiento del bebé, la pareja ha decidido mudarse al señorial y céntrico barrio de Almagro, a solo 50 metros de la vivienda de los padres de Teresa y muy próximo a la sede del PP, en la calle Génova. Se trata de un piso de más de 200 metros cuadrados con cuatro dormitorios ubicado en un edificio de arquitectura clásica.

Esta misma semana veíamos al alcalde en Florida en un viaje de carácter institucional disfrutando de unas divertidas imágenes como pitcher en un campo de béisbol. A punto de celebrar su primer aniversario, promocionó la capital como destino de inversión y negocios al tiempo que pudo alardear de su estupenda forma física para recibir a su hijo. Según ha avanzado, tomará las primeras seis semanas de baja por paternidad que marca la ley. "Las cojo porque son obligatorias, también por convicción. No me quiero perder ni un segundo", declaró en una entrevista con "Espejo Público".

El futuro papá ha confirmado que el hijo que esperan es un varón y que será Teresa la que escogerá el nombre. Una vez descartado que repita su nombre, ha bromeado con la posibilidad de bautizar al pequeño con el nombre de su admirado Julián Álvarez, jugador del Atlético de Madrid. "Todavía no tenemos el nombre, pero de vez en cuando le digo Juliancito, Juliancito…", comentó sonriendo. Finalmente, zanjó: “Lo va a decidir ella, yo creo que Julián no va a ser, pero por si acaso yo…” De momento, el pequeño ya ha recibido como regalo la equipación colchonera.

Bebé colchonero y fallero

Teresa Urquijo, que en la actualidad forma parte del equipo de Merlin Properties, una de las principales empresas inmobiliarias del IBEX-35, es una mujer extremadamente discreta. Pudimos apreciar por primera vez su tripita de embarazada con motivo de una visita de la pareja a las Fallas de Valencia, donde asistieron a la mascletá desde el balcón del Ayuntamiento de la ciudad.

La diputada popular Alma Elvira Alfonso Silvestre compartió una imagen en su cuenta de Instagram y en el texto explicaba que ambos "se llevan puesta una pulsera fallera" con la que se "comprometen a hacer el año que viene fallero a su hijo". Como siempre, el post se llenó enseguida de comentarios cariñosos y de felicitaciones para los futuros padres.