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Entrevista

Hablamos con la influencer Ángela Mármol: "He sacrificado mi salud mental por este trabajo"

"Pedí muchísima ayuda: acudí a diferentes psicólogos, consejeros y también a expertos en redes sociales", recuerda la creadora de contenido sobre una de las etapas más duras de su vida

La influencer Ángela Mármol Gtres

Tiene más de dos millones de seguidores solo en Instagram, con quienes comparte imágenes y vídeos sobre sus elegantes eventos, exóticos viajes o ese extraordinario día a día que solo tiene cabida en la vida de los influencers. La de Ángela Mármol puede parecer una existencia aparentemente perfecta, pero la realidad es que oculta un pasado tormentoso por el que, tal y como ella misma ha desvelado en alguna ocasión, llegó a plantearse quitarse la vida.

Una etapa de fuerte acoso que la sumió en uno de los peores momentos de su vida. Ya superado, la influencer se sincera en LA RAZÓN sobre esta y otras cuestiones en el marco de los Premios Forbes Best Content Creators.

-¿Son importantes este tipo de galardones para que se reconozca el trabajo de los influencers?

Sí, yo creo que es importante que haya eventos como estos para reconocerlo como un trabajo más. Cada creador de contenido hace su trabajo de una forma totalmente distinta y habrá gente que le pueda parecer mejor o peor, pero es un trabajo y se tiene que reconocer como tal. Y más de la mano de Forbes, que es súper reconocido como medio.

-Es un trabajo muy agradecido, del que solo se ve la parte positiva. ¿Cuál es el mayor sacrificio que ha hecho usted como influencer?

Yo he sacrificado completamente mi salud mental, la verdad. Hubo una época en la que la perdí por completo.

Sin embargo, es cierto que este es un trabajo muy agradecido. Cuando todo va bien, parece el trabajo perfecto. Pero también sacrificas mucho de tu vida personal: tu tiempo, tus rutinas… todo, porque es un entorno muy volátil y lleno de incertidumbre.

Nunca sabes lo que puede pasar. Acabas entregando gran parte de tu vida personal: no sabes cuándo te pueden empezar a odiar, cuándo pueden cancelarse campañas, ni cuándo todo puede venirse abajo y tu vida cambiar de repente.

Creo que lo que más he sacrificado durante una época de mi vida ha sido, sin duda, mi salud mental. Porque es así: cuando todo está bien, es perfecto, pero basta con que digas una sola frase desafortunada para que todo se derrumbe. Al final, opinan de ti porque tu vida personal también se convierte en parte de tu trabajo.

-¿Y cómo consiguió salir de esa etapa tan dura de la que me habla?

Es verdad que ahora estoy mucho mejor, nada que ver con todo lo que pasé antes. Pero tuve que retirarme un tiempo de las redes sociales, tomar distancia y verlo todo desde fuera. Pedí muchísima ayuda: acudí a diferentes psicólogos, consejeros y también a expertos en redes sociales. La verdad es que recibí mucho apoyo externo de personas que ni siquiera sabía que se dedicaban a eso, y me vino muy bien.

Tuve que cambiar bastante el chip. También es cierto que, cuando tenía redes, contaba con un control parental muy estricto. No veía los comentarios: mi familia los borraba antes de que yo cogiera el móvil. Y, como era menor de edad, siempre tenía que estar acompañada de un adulto cuando leía las cosas.

Tenía muchos controles, sí, pero todo eso me sirvió para estar bien a día de hoy. Y creo que, aunque no me alegro de haber pasado por esa experiencia, también me aportó cosas buenas. Al final, siempre se aprende algo de una experiencia negativa.

-Hablemos de temas más alegres. Acaba de llegar de un viaje por todo lo alto de Bali, ¿cómo fue?

Muy bien, la verdad. Estaba desconectando de todo. Creo que ha sido la primera vez en los 8 años que llevo en redes que, incluso estando de viaje, no estaba pendiente de publicar nada. Normalmente, aunque me vaya de vacaciones, siempre estoy con la cabeza en “tengo que subir esto primero”. Y en esta ocasión realmente desconecté, y se me hizo muy raro. Pero estuvo genial, nos lo pasamos muy bien.

-Estuvo con una de las parejas de las que más se habla ahora: Aitana y Plex. ¿Cómo les vio?

Yo prefiero no hablar de ello porque no es mi vida, entonces yo no me voy a meter en la vida privada de los demás.