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Quizás un pinchazo

La Razón
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Para explicar el accidente de Hamilton sólo podemos especular. Barcelona siempre ha sido un circuito muy exigente para los neumáticos. El asfalto es abrasivo y hay curvas largas hacia la derecha que castigan especialmente la rueda delantera izquierda, la más solicitada en la salida de pista. Causas posibles: pérdida de presión por fallo de la válvula; que algún pequeño trozo de fibra de carbono o similar se haya incrustado entre la llanta y el neumático –algo frecuente cuando hay contacto entre coches–, o alguna piedra que se introduce entre la pinza de freno y los conductos de ventilación de los discos y que mecaniza el interior de la llanta. O un simple pinchazo. Lewis siempre ha sido agresivo en su conducción, lo que provoca más desgaste y calienta excesivamente los neumáticos. Cuando la pérdida de presión es progresiva, el equipo lo ve en la telemetría y es capaz de reaccionar para un cambio de ruedas no previsto. Al ser un fallo en la rueda delantera, el coche ha tendido a seguir recto en vez de hacer un trompo. Éste es uno de los motivos por lo que los fabricantes de neumáticos suelen recomendar tener las ruedas en mejores condiciones en el tren trasero.