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Maestros sin vocación

La Razón
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¿Acaso se estará gestando la especie «maestro que quiere cobrar sin tener que trabajar»? No todos son iguales, pero los que quieren vivir del cuento sin tener que contarlos, parecen ser demasiados. Trabajan menos, tienen más vacaciones pagadas que nadie, y se quejan. De momento, que yo sepa, no han amenazado con huelga para protestar por la mala calidad de la enseñanza ni por los cinco millones de parados. Vamos a la cola de Europa en nivel de conocimientos. Ergo, algo pasa. Considero que hay un exceso de gente que pasa de esforzarse, prefiriendo «la cultura del pelotazo y el cobrar sin currar de los sociolistos». Así, no saldremos de la crisis. Para alcanzar resultados duraderos hay que currarse el camino del éxito. Antes, ser maestro era vocacional y un honor el poder instruir a otros, inculcarles el gusto por el aprendizaje, y fomentar en ellos la sabiduría de la vida. Aprobar sin saber la materia es un error, al igual que ser maestro sin vocación. Estamos en una época de reválida en la que nos jugamos el pan de hoy y el futuro de mañana. Los que saldrán adelante serán aquellos que, como la hormiga, trabajan duro y tienen visión de futuro. Como los americanos, deberíamos preguntarnos qué estamos dispuestos a hacer por nuestro país para sacarlo adelante. Necesitamos un cambio: menos huelga, más esfuerzo. El lobo no es el PP, si no esos que, con cuentos huelguistas, nos distraen y llevan al precipicio.