Crítica de cine

Yo Leonor

La Razón
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Se lo solté a mi madre el otro día cuando vi las fotos nuevas que se han hecho estos dos: sois el vivo reflejo de la monarquía, puro cartón piedra. Y estoy castigada, me ha dicho, hasta los 15 años. No es ninguna novedad porque yo me paso la vida penando. Tengo la lengua muy larga y, con los años, también la mano, y así me luce el pelo. Hace poco le di un collejón a mi prima Irene porque desde que está viviendo fuera me habla en inglés y bastante tengo yo con entender al abuelo para que encima me venga ésta con tontunas, y mi madre diagnosticó que tengo problemas de comportamiento. Yo. Problemas de comportamiento yo, que voy a misa en Mallorca y ni grito ni nada. Yo, que beso al obispo y ni me limpio. Yo, que no he tenido ni pizca de pelusa de esa croqueta andante, de ese sollo humano que es mi hermana. Pues nada, soy problemática, que lo sepan Vds. El caso es que vinieron mis primos los cosmopolitas porque estaban de vacaciones escolares (que a saber a qué antro de colegio van para estar a estas alturas de parranda) y propuse ir al Museo de Cera y a mi padre, que se le cae la baba conmigo, le pareció una idea estupenda, pero apareció mi madre y dijo que ni hablar. No, que nos conocemos, dijo, y me han dejado con las ganas de saber qué han puesto en el sitio que ocupaba el tito Jaime y si el tito Iñaki sigue allí, que dice Peñafiel que está la cosita muy mala. Con lo bien casadas que estaban las titas y ahora resulta que nos vamos a quedar los últimos de Filipinas, qué cosas pasan. Total, que como me enclaustraron, pillé un ordenador abierto y he visto las fotos de mis padres y he flipao en colores. Se aficionaron al Photoshop cuando me cortaron una pierna y hala, dale que te pego Perico al torno. Que yo soy partidaria del retoque, ojo, hasta donde sea necesario, empezando por mi hermana, que no cabe en el plano, pero vamos, lo de mi padre con los trajes de Mariquita Pérez es un pasote. Parece que está asomado, como cuando en las ferias metes el cabezón por un agujero y debajo hay un vestido de gitana. Aun así, lo que me ha provocado una risotada chabacana han sido las críticas de los editorialistas republicanos y modernos que temen que se pueda dar sensación de monarquía virtual. Ea, pues voy a ver si la lío parda, súbditos. Ciaooooo.