Valencia

Maazel el maestro del Palau

Obras de Sibelius y MaazelOrquesta la Comunitat Valenciana. Escola Coral Veus Juntes de Quart de Poblet, Escolanía de la Mare de Déu dels Desamparats. Pequeños Cantores de Valencia. Valencia, 27-II-2011.

La Razón
La RazónLa Razón

A Maazel se le ocurrió terminar el concierto con las propias "Minivariaciones sobre un tema conocido", en las que dicho tema es "cumpleaños feliz"y tuvo la gentileza de dedicárselas a Elizabeth Taylor, que ese día cumplía 79 años. Dudo que fuese lo más apropiado, aunque puede tomarse como un ensayo de cara al próximo día 6, cuando despida del todo su titularidad en la ópera valenciana con la última representación de su obra "1984"justo en el día que él cumplirá 81 años. Más bien debería haber finalizado su último concierto en Valencia con la "Sinfonía de los adioses"de Haydn, saliendo del escenario él el último, porque no era para celebrarlo sino para echarse a llorar por el fin de una etapa quizá irrepetible.


A Maazel, insufrible muchas veces como persona y muy agarrado al dinero en los últimos tiempos, se le perdona todo cuando coge la batuta con ganas de hacerlo y así fue en este concierto final, en el que bordó la "Primera"de Sibelius, como ya hiciera en el pasado con la "Segunda", demostrando que se puede crear una gran orquesta –sin duda la mejor de España en este momento- en muy poco tiempo partiendo de cero. Completó el programa con dos obras de su firma que responden a dos preciosos cuentos: el emotivo "El árbol dadivoso"y "La maceta vacía"de timbres orientales. En el primero lució clase el chelo Rafal Jezierski y en el segundo estuvo afinadísimo el niño Salvador Belda. Aquel árbol va ofreciendo sucesivamente a un hombre a lo largo de su vida, de niño a viejo, todo cuanto tiene: manzanas, ramas y tronco. Al final su menguado tronco ya sólo sirve como asiento. De la misma forma el Palau de les Arts nos ha dado todo a los aficionados, mucho más de lo que podíamos pensar. No se ha escuchado mejor ópera en España a lo largo de cinco sucesivas temporadas y Maazel ha sido baza fundamental en ello, con esa orquesta creada por él y con lecturas inolvidables de "La vida breve", "Parsifal", "Turandot"o "El niño y los sortilegios". Quiera Dios que el árbol del Palau sirva en el futuro para algo más que para sentar nuestras posaderas.