Francia

«Pollo con ciruelas»: Un violinista en el tejado

Dirección y guión: Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi. Intérpretes: Mathieu Amalric, Maria de Medeiros, Chiara Mastroianni, Isabella Rossellini. Francia, 2011, 91 min. Drama.

La Razón
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La fuerza expresiva de «Persépolis», importada de la novela gráfica que la inspiraba, hacía algo más que sublimar la rabia de una mujer en el exilio. Era un libro ilustrado sobre la historia de un país luchador dibujada en blanco y negro, los colores opuestos de un dilema moral que exigía una toma de partido. En «Pollo con ciruelas», Marjane Satrapi vuelve a adaptarse para ilustrar otro compromiso, el de un artista frustrado con la vida que ha elegido vivir.

El artista en cuestión (magnífico, como de costumbre, Mathieu Amalric) es un violinista que vive en el Teherán previo a la caída del Sha, y que nos prepara, a pocos minutos de proyección, para su muerte. Sabemos que su deseo se cumplirá, por lo que el suspense de la trama se centra en entender las circunstancias de su infelicidad, motivadas por un amor interrumpido por la intolerancia. Satrapi y su fiel colaborador, Vincent Paronnaud, se enfrentan a la imagen real como si fuera animación, con el pie izquierdo en «Amélie» y el derecho en «Delicatessen». El pastiche estético es atractivo, aunque a menudo aplasta la coherencia del relato, demasiado atado por la fragmentación de una historia que rebobina y avanza porque le gusta el desorden, no porque lo exija el drama.