Historia

Marbella

Banderas Longoria y Ricky juntos en Marbella por Jesús Mariñas

Banderas Longoria y Ricky juntos en Marbella por Jesús Mariñas
Banderas Longoria y Ricky juntos en Marbella por Jesús Mariñaslarazon

Andan en pleno relanzamiento veraniego. De ahí que Cayetana de Alba esté ya en San Sebastián, donde Nati Abascal repetirá posado el día 12 ya con la Duquesa en plenitud de facultades físicas, las mentales nunca mermaron. El 20 aterrizará allí su hermana Ana María –que ya casi no parece su gemela y tiene en su hija otro bellezón–, emparejada a Tomás Terry. Todos lamentan la muerte de Duarte, un decorador que hizo historia. Se van los grandes y la actualidad está ocupada por nombres de nuevo cuño. Así se explica la operación recambio que vive Marbella. El 7 de agosto tendrá lugar un evento con reclamo, atractivo y bagaje. Antonio Banderas y Eva Longoria amadrinan en el Hotel Villapadierna la Fundación Starlite. Cubiertos a 1.200 euros con actuación final de Ricky Martin, lo más de un verano que acapara cuanto ruso pulula, negocia y trapichea por la Costa del Sol. Etiqueta a tope para un trío excepcional que, además, servirá de «Marbella, levántante y anda», tras el decaimiento de los últimos años. Todo augura una temporada plena.Por sus playas pasea aún airosa, arrogante o casi desafiante un Carmen Lomana acaso reemplazo de lo que años atrás fueron Yola Berrocal y compañía guardando las distancias. Idéntico afán trepador, parecida manía exhibicionista y esfuerzos por mantenerse en una realidad que socialmente puede volverle la espalda. Es un arma de doble filo y no le perdonan tan desmedido encumbramiento lleno de desatinos, como el modelo de pastorcilla para un striptease que la otra noche lució con ligeros en la fiesta Beefeater o ser jurado de Mister Gay España. Además, ahora Belén Esteban la tiene entre ceja y ceja. Lomana y Esteban son tal para cual, desgarradas chulaponas sin casticismo. No se muerden la lengua y prodigan dislates similares a la hora de descalificar. De aquellos polvos estos lodos: se dieron el pico cuando bailaban y ahora andan a la gresca. No es de extrañar, ahora que está agotado, según parece, el contencioso aburridísimo con los Janeiro –aunque Humberto la tacha de ladrona que sisaba de una caja abierta que tenían en Ambiciones– y sin nada que aportar al enfrentamiento de los Mohedano con los hermanos Ortega Cano, aunque Mari Carmen no los invitó a la reciente boda de su hijo. Así pues, con Lomana y Esteban tenemos dúo zarzuelero digno de «Agua, azucarillos y aguardiente».