Boston

Hija del «poder negro»

Hace unos días, fue puesto en libertad, después de 44 años de cárcel, el asesino de Malcolm X, el líder carismático de los afroamericanos, el «negro malo» y radical. Desde Harlem, habla su hija, Ilyasah Shabazz

El pasado 27 de abril, Thomas Hagan, asesino de Malcolm X, fue puesto en libertad, después de haber pasado 44 años en la cárcel
El pasado 27 de abril, Thomas Hagan, asesino de Malcolm X, fue puesto en libertad, después de haber pasado 44 años en la cárcellarazon

Malcolm X llamó a su mujer Betty por teléfono el día que tenía el acto con la Unidad Afroamericana, que había fundado en 1964, al lado del barrio de Harlem. En el teatro y sala de fiestas Audubon, que hoy lleva su nombre, donde se reunían cada semana, le esperaban cuatrocientas personas para escucharle. Pero ese día quiso que su esposa fuese a verle junto con sus hijas. Fue una decisión inesperada. El activista intentaba mantener a su familia lo más al margen posible de su vida pública, sobre todo en aquellos momentos en los que el ambiente estaba tan crispado. Hacía un año que había abandonado la Nación del Islam por problemas con su líder, Elijah Muhammad, el FBI le investigaba por posibles contactos con los comunistas, la Policía también le seguía por las amenazas de muerte que recibía y los blancos le temían. La bala podía venir de cualquier parte. Después de esa llamada del 21 de febrero de 1965, Betty cogió a sus cuatro hijas, Attallah, de seis años; Qubilah, de cuatro; Ilyasah, de dos; y Gamilah, que no había cumplido un año, y se fue a ver a su marido. Entonces, estaba embarazada de las gemelas Malaak y Malikah, que nacieron después del asesinato de su padre. Ilyasah sólo recuerda que su madre se echó encima de ella y sus hermanas cuando empezaron los disparos. Primero, el asesino Thomas Hagan, miembro de Nación del Islam, gritó «hipócrita». Después, disparó contra el pecho de su padre. El cuerpo de Malcolm X recibió 16 balas. Además, participaron en el asesinato Normar 3X Butler y Thomas 15X Johnson, también integrantes de Nación del Islam. Los tres fueron condenados: Butler salió de prisión en 1985, Johnson en 1987 y Hagan el pasado 27 de abril.

Hermano maloEl primer gesto de los seis guardaespaldas y el resto de las cuatrocientas personas que asistían al acto fue echarse encima de los asesinos, pero al líder negro todavía le quedaron fuerzas para contenerlos. La hora de la muerte de Malcolm X se anunció a las tres y media de la tarde, aunque Ilyasah cree que tuvo lugar antes. Esta mujer, de 48 años, evita contestar a la pregunta de si ha perdonado a Hagan. Prefiere hablar de su padre: «Recuerdo el sonido de su voz. Mi madre me decía que cuando era niña la suya era la única que resonaba en mí», explica. Irradia fortaleza. Su tersa piel y belleza hacen dudar de la edad que aparece en su biografía. Orgullosa, admite que «tengo mucho amor y orgullo por mi familia. Pero no le admiro sólo porque fuese mi padre. Destacó por su impecable integridad y compasión por los humanos. Luchó contra la injusticia sin tener en cuenta la raza o el género de cada uno», dice Ilyasah. Sidney Sealy, de 77 años, uno de los seis guardaespaldas que estaban con Malcolm X cuando fue asesinado, siente más que amor por el líder: «Era un santo». «Tengo muchos buenos recuerdos –añade–. Estuve con él muchos años y estaba junto a él cuando fue asesinado. Tengo que decir que Thomas Hagan era un mal hermano y fue él quien eligió ese camino». Para Sealy, las palabras de arrepentimiento del asesino de Malcolm X no son suficientes. Herman Parkenson, uno de los miembros de Unidad Afroamericana que trabajó con Malcolm, tampoco perdona. «Bueno, Thomas Hagan fue sólo uno de los implicados. Pero quisiera recordar que sólo estuvo once años completos en prisión. Después, iba sólo un par de días por semana a la cárcel. Creo que no debería haber salido nunca», afirma.

Verdad inconvenienteQuerido y repudiado, Malcolm X es un hombre clave en la lucha por los derechos civiles. Sin embargo, el reconocimiento por parte de los blancos de la obra de Martin Luther King es superior porque, además, siempre defendió sus ideas por el camino de la paz. En cambio, la frase de cabecera de Malcolm X fue: «Por todos los medios necesarios». Tampoco se escuchará al presidente Barack Obama citar a Malcolm X como lo hace con Martin Luther King. El profesor de Teología James H. Cone, autor del libro «Martin, Malcolm X y América. Un sueño o una pesadilla», explica las diferencias entre ambos: «Malcolm fue un revolucionario político y Martin un revolucionario cultural. Martin creció en un buen ambiente familiar, pero el de Malcolm fue diferente. Malcolm clamó que los negros eran buenos y los blancos el demonio. Puso de manifiesto los errores de los blancos y a nadie le gusta que le recuerden qué faltas ha cometido. También enseñó a los negros a estar orgullosos de su patrimonio cultural». Recuerda, además, que los dos líderes sólo fueron vistos juntos en público durante unos segundos en una ocasión en el Congreso de Estados Unidos. En cambio, Howard Dodson, director del Centro Schomburg en Harlem, el corazón de la América negra, apenas hace diferencias entre los dos activistas: «Defendían la libertad y la justicia. Compartían una preocupación por la libertad y la dignidad humana», explica Dodson. También pone en contexto la figura del líder: «No odiaba Estados Unidos, pero sí las cosas que los estadounidenses hicieron», aclara desde este centro de investigación de cultura negra situado precisamente en el bulevar Malcolm X, a la altura de la calle 135.Dodson, de 71 años, que lleva al frente de este centro de Harlem desde 1984, rememora cuando asistió a un acto de Malcolm X en los años 60, en plena ebullición de la lucha por los derechos civiles. «Malcolm decía las cosas que nadie se atrevía a mencionar. A veces ni siquiera a pensar. Mucha gente ni siquiera quería admitir los abusos a los negros», explica el activista. Nacido como Malcolm Little y también conocido como El-Hajj Malik El-Shabazz, siempre supo que iba a morir de forma violenta. Cuando su madre estaba embaraza de él, una noche un grupo del Ku Klux Klan rodeó su casa mientras amenazaban con escopetas y pistolas. Su padre pegaba a su madre, que fue fruto de una violación de un blanco de origen escocés. Tres de sus hermanos murieron a manos de hombres blancos. Malcolm dejó el colegio después de que un profesor le desalentase cuando le dijo que quería ser abogado. Sólo podía aspirar a limpiar botas o lavar platos. Entonces, estuvo en Boston, Flint (Michigan) y Nueva York. En el barrio de Harlem empezó a robar y traficar con drogas hasta que terminó en prisión. Allí conoció a la primera persona que le habló de la Nación del Islam. Cuando Malcolm X salió de la cárcel en 1952 fue a visitar al líder Elijah Muhammad. Su hija Ilyasah recuerda que su padre «se levantó para defender a los afroamericanos víctimas de la sistemática discriminación y terror que sufrían, consentido por el estado. Quemaban casas, atacaban con perros, disparaban injustificadamente contra inocentes, estadounidenses como ellos, que no estaban armados. Muchos fueron linchados, quemados, robados, asesinados, violados».

No sólo esclavosIlyasah quiere dejar clara la formación de su padre tantas veces cuestionada: «Leyó muchísimo, más de lo que uno se pueda imaginar, desde una enciclopedia hasta libros de historia, religión y filosofía. Tenía una educación tan sólida que fue capaz de enseñar a una nación la verdad sobre el significado de la contribución de África a la historia mundial. Los negros no sólo fueron esclavos, sino hombres, mujeres y niños africanos. Nos informó de que fuimos estudiosos, sacerdotes, físicos, arquitectos, granjeros, músicos, artistas». Ahora, casi 50 años después de su muerte, hay un hombre negro en la Casa Blanca. El profesor de Historia de la Universidad de Nueva York Jonathan Zimmerman sonríe mientras admite que todavía no se ha acostumbrado a encontrarse al presidente Barack Obama en los periódicos. El joven director de cine Jamund Washington apunta que «ahora estamos en un momento muy difícil. En estos días nadie reconoce que es racista, pero todavía está en el subconsciente».

Un negocio de «fast food» en BrooklynEl pasado 27 de abril, Thomas Hagan, asesino de Malcolm X, fue puesto en libertad, después de haber pasado 44 años en la cárcel, aunque desde hacía una década ya no dormía en el Lincoln Correctional. Junto a él, fueron condenados a 20 años dos «hermanos» de la Nación del Islam. Fueron puestos en libertad en 1985 y 1987. Precisamente cerca de esta prisión, en Audubon Ballroom, fue detenido por una multitud tras disparar sobre el carismático líder afroamericano y a punto estuvo de ser linchado. Hagan se llamaba entonces Talmadge X. ¿Sorprende que Malcolm X fuese asesinado por Thomas Hagan, uno de los miembros de la Nación del Islam? Al profesor James H. Cone no le parece extraño. «Malcolm siempre decía que había que empezar por amarse a uno mismo. En aquellos años, en la comunidad negra había mucho odio, y todavía existe». Ese odio, según Cone, fue lo que lo mató. Durante su cautiverio, Hagan se dedicó a estudiar, se casó y tuvo un hijo. Vive en Brooklyn y tiene un negocio de «fast food». Lo que todavía queda por saber es si la muerte de Malcolm X fue el resultado de un complot preparado a alto nivel.