El mal de la gorra

Como Martin Luther King, «I have a dream», tengo un sueño. Él lo hizo público el 28 de agosto de 1963 en la escalinata del Monumento a Lincoln. En Suráfrica empezó a cumplirse en 1994, continúa en ello. La segregación de ricos y pobres, de clase media y clase miserable, forma parte del modo de vida universal. Como el que manda y el mandado, como el que tra- baja, investiga, desarrolla, rinde e imagina y el que, haciendo todo lo contrario, arrastra cuanto encuentra a su paso porque alguien le puso una gorra, mal endémico. Esto que en tantas empresas es el desencadenante de la caída, de la pérdida de competitividad, del derrumbe en las ventas, la inmolación, en «La Roja» es modelo de gestión porque la elección del escaparatista es un acierto. Se fue Luis, entró Del Bosque; idéntico esti- lo, aguantó el bloque y Villa, que hubiese dado para dos capítulos en LA RAZÓN, pero el espacio de papel no es el de «interné», siguió metiendo goles. El martes soñé que metía dos a los alemanes. Que no sea otra pesadilla.