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La dictadura libia admite que ha reprimido a tiros la protesta popular

La veterana y siempre eficaz oficina de propaganda del Gobierno libio inundó ayer las agencias de noticias internacionales con imágenes de una gran manifestación celebrada ayer en Trípoli en apoyo del dictador. El propio Muamar el Gadafi participó en las marchas, en las que se corearon gritos en defensa de la «revolución».

Dos muertos en Libia y cesado un responsable de Interior
Dos muertos en Libia y cesado un responsable de Interiorlarazon

Decenas de automóviles con banderas verdes, símbolo del sistema que rige en el país, circulaban por la capital, según constató el corresponsal de Efe. Los concentrados, principalmente funcionarios, policías y militares –muchos de ellos llegados en autobuses–, gritaron también eslóganes a favor de la lucha del Gobierno contra la corrupción en la administración pública.

La capital del país, según testigos presenciales, se mantenía, pues, tranquila, con los comercios abiertos y con un amplio despliegue policial que, sin duda, ha disuadido a los tripolitanos a la hora de participar en la «Jornada de la Ira». No ha ocurrido lo mismo en el resto del país. En media docena de ciudades, incluida Bengasi, se han producido manifestaciones, duramente reprimidas.

Así, la edición digital del periódico «Quryna», que pertenece al grupo de comunicación de Seif el Islam, uno de los hijos del dictador, daba cuenta de que en la localidad de Alzentan, a 145 kilómetros al suroeste de Trípoli, grupos de manifestantes habían incendiado una comisaría de Policía, el tribunal de la ciudad, la sede de la Guardia de Seguridad Interna y un local de los comités revolucionarios populares. No se produjeron víctimas mortales, pero sí numerosos heridos en los enfrenta-mientos. Decenas de personas fueron detenidas. El diario, en línea con las consignas del régimen, atribuye lo sucedido a la intervención de «ciudadanos extranjeros», tunecinos, que «trabajan en las bandas de contrabando con algunos libios».

Jóvenes muertos

El mismo diario ya había informado de que dos personas murieron en las protestas registradas el pasado miércoles en la localidad de Al Baida, al este del país, lo que provocó la destitución fulminante del responsable de la seguridad local, el coronel Hassan Khardhaui. Los muertos son los jóvenes Khaled Khanfar y Saad Al Yemeni, cuyo entierro dio lugar a nuevos enfrentamientos.

La oposición libia, cuyos principales dirigentes han tenido que exiliarse en Europa, elevaba el número de muertos a una quincena, seis de los cuales se habrían producido al ser reprimidas las manifestaciones de ayer. No hay confirmación de estas cifras.

El sistema libio es una de los más implacables de la zona. Gadafi había amenazado a los jefes de las tribus con «castigos colectivos» si alguno de sus miembros participaban en las revueltas.


«Los títeres están cayendo»
El coronel Muamar el Gadafi tiene su propia interpretación del vasto movimiento de protestas populares que afectan al mundo islámico. En un discurso por televisión dirigido al todo el país, el dictador libio explicó que los «paíse revolucionarios», como el suyo, se impondrán al final y que «los títeres están cayendo», en referencia a Egipto y Túnez. «¡Abajo los enemigos, abajo los enemigos en todo el mundo! Abajo los títeres del sionismo y de Washington», terminó el coronel.