La modelo Stella Tennant, madre y modelo de 40 años, muestra con estoicismo un apretado corsé sobre un abrigo de Prada, evocando la figura, física y sentimentalmente, de Ethel Granger una modelo de principios de siglo XX que sufrió tal adicción a los corsés que no podía dejar de usarlos, y cuanto más apretados mejor. Además, popularizó el uso de piercings, en un momento en el que nadie los usaba.

De hecho, la afición por los corsés le costó la vida a la modelo, ya que deformó su cuerpo, desplazó las costillas y empujó hacia abajo sus vísceras.

Ahora, con esta portada de tonos góticos, Vogue Italia vuelve a atraer la polémica después de que hace tan sólo unos días montara un considerable revuelo al mostrar en portada a una modelo con unos pendientes de aro en las orejas bajo el título de que vuelven los «aretes de esclava». La expresión fue considerada racista y la publicación acusada de intentar convertir la esclavitud en glamour.

Después de recibir numerosos comentarios de queja en su página web, Vogue Italia cambió el título del reportaje, y denominó a los adornos «aretes étnicos».