El PSOE relativiza las encuestas y niega la inestabilidad política

Al PSOE no le preocupan las encuestas. Ni siquiera las que pronostican una ampia victoria del PP, que son todas. Primero porque –versión oficial– la única preocupación que tiene es la recuperación económica y la creación de empleo. Y segundo porque si para las municipales y autonómicas falta un año, para las generales, aún quedan dos. «Una terninad», en palabras de la secretaria de Organización del PSOE.El único dato de los sondeos sobre el que se pronuncia la dirección federal es el que apunta que la preocupación ciudadana no es otra más que la economía. Y lo hace para decir que los socialistas coiniciden, también, en esto con la ciudadanía, no así el PP a quien acusan de estar sólo preocupado por las elecciones. Así que para despejar dudas, Pajín dejó calro ayer que el presidente no se plantea un anticipo de las generales porque «asumirá su responsabilidad. Allá otros si no la quieren asumir».En este mismo contexto, en la reunión de los lunes de la Ejecutiva del PSOE, a la que acudió por primera vez Zapatero después de la aprobación del ajuste social, se puso en valor la mayoría socialista por más que ésta haya sido la única en votar el «tijeretazo». Así, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, manifestó que el Gobierno cuenta, aunque en ocasiones se olvide, con los mismos 169 diputados que votaron la investidura de Zapatero. Su alegato pretendía relativizar las advertencias lanzadas en los últimos días por CiU y PNV en el sentido de que no darán su apoyo a los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Conclusión: en el PSOE no ven riesgo de estabilidad política, pese a que sea esto lo que «pretenda el PP en el «colmo de la irresponsabilidad», dijo Pajín. Es más confína en que el PSOE peuda sacar adelante todas sus iniciativas en el Congreso, como hasta ahora. En este sentido, Zapatero explicó a la dirección socialista su voluntad de tender puentes con las formaciones políticas, aunque apostillara que el «recorte» no pudo negociarse por la urgencia que requería el momento para calmar a los mercados y también a Bruselas. El presidente se mostró, según algunos miembros de la dirección federal, convencido de que no habrá reforma laboral por consenso, y que será el Gobierno quie legisle , en breve, al respecto.