
Hostelería
Una corrala muy chic
Después de tres años de reformas, La Posada del Dragón vuelve a abrir sus puertas en pleno Madrid convertida en un Boutique Hotel & Bar con mucho estilo, pero sin perder su mágico pasado

En el Madrid más castizo, al cruzar la puerta de la Posada del Dragón dejamos atrás el rol de simple huésped para convertirnos en inquietos viajeros. Resulta inevitable, pues las paredes de esta antigua corrala susurran historias y leyendas que se intuyen al primer vistazo. No en vano por aquí pasaron aventureros, comerciantes de El Rastro y el Mercado de la Cebada, espadachines...
Tras más de tres años de reformas, el patio de la corrala se ha convertido en el corazón de un hotel boutique en el que la magia del pasado sigue muy presente, pero en perfecta armonía con el estilo más chic del siglo XXI. La fusión de épocas es perfecta, a través de las tres plantas que conforman el edificio. Así, la primera está inspirada en los orígenes de la ciudad, mientras que la segunda es mucho más sofisticada, tal y como corresponde al Madrid palaciego del siglo XVII.
Por último, la tercera planta no deja escapar el aire más contemporáneo de la capital, gracias a una decoración vanguardista y elegante.
Un total de 27 habitaciones dan vida al edificio. Y así, como si se tratara de un patio de vecinos, nos dirigimos hasta nuestro aposento mientras contemplamos la espectacular estructura de madera que forma la antigua corrala, abierta al aire libre. Al abrir la puerta, la sorpresa es muy gratificante, pues cada habitación tiene su propia personalidad, gracias a impresionantes murales que hacen referencia a la capital, además de lámparas, sillas y cabeceros pensados según la época en la que dormimos.
Pero todas tienen algo en común, pues cuentan con las últimas tecnologías, baños integrados y duchas vistas que hacen la habitación aún más especial. Y no falta ni el último detalle, como singulares teléfonos traídos de distintos mercados del mundo.
La Antoñita
Pero el viaje no termina aquí. Resulta casi obligado bajar a la barra, ubicada junto a la pequeña recepción, y que da la bienvenida a todo aquel que cruza el antiguo y gran portalón de madera. Para abrir boca, un buen vino y un pincho. Y unos pasos más allá, en la puerta de al lado, la mítica jabonería La Antoñita espera al huésped convertida en un restaurante en el que prima la cocina de mercado, pero con un toque muy divertido. Imprescindible probar las croquetas, pero hay que dejar hueco para las recetas de la carta.
-Dirección: Calle Cava Baja, 14, Madrid.
-Instalaciones: 27 habitaciones con baño y duchas vistas, totalmente equipadas, restaurante, bar y acceso a internet.
-Contacto: 91 119 14 24.
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