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Con gas o sin gas

La Razón
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Cada vez que un piloto de Red Bull pisa el acelerador, no sólo hace que el motor empuje con más fuerza el monoplaza, sino que también consigue que tenga más carga aerodinámica. Antes, el pedal del acelerador tiraba de un cable que abría el carburador. Ahora, el mecanismo es digital y cada «pisotón» es una señal que el ordenador que controla todo en el coche recibe y actúa en consecuencia.

Con la reducción de altura del difusor se pierde carga aerodinámica, pero los más espabilados ya han encontrado la solución para que éste trabaje mejor. Se trata de hacer que los tubos de escape soplen cerca de él, el aire que hay debajo del coche se acelere y el rendimiento aerodinámico sea mayor. El problema queda así resuelto siempre que el pedal esté pisado, pero la cosa se complica cuando no es así. En esos momentos, no sale apenas aire por el escape y la aerodinámica y el equilibrio del coche cambian bruscamente. Para mitigar este inconveniente se puede programar la centralita (ordenador principal) de varias maneras, dejando al piloto la elección de utilizarlo o no, con los botones del volante.

Una opción sería «decirle» al sistema que mantenga el acelerador parcialmente abierto y hacer que el motor mande aire caliente sin necesidad de acelerar el coche realmente. Otra es simplemente soltar el acelerador y dejar que las ruedas muevan el motor (como en cualquier frenada) y que éste bombee aire al difusor. También se podría programar una mezcla de las dos, aunque la primera castiga el sistema de escape y sólo es viable en unas pocas vueltas. Para evitar desarrollos extremos, la FIA piensa limitar la acción del acelerador en frenada a un máximo de un 10%, lo necesario para hacer las reducciones de marcha. De esta forma, quizás los Red Bull ya no sean tan fuertes en clasificación.