Londres

Encuentran el cadáver de un espía británico en una bolsa de deporte

 Scotland Yard está investigando la muerte de un miembro de los servicios británicos de inteligencia -MI6- cuyo cuerpo fue descubierto este martes dentro de una gran bolsa de deportes en el apartamento de Londres en el que vivía.

La policía informó hoy de que el "espía", de unos 30 años, podría haber fallecido hace unas dos semanas y de que se han iniciado pesquisas para aclarar las razones de su muerte y de cómo su cuerpo terminó metido en una bolsa en el cuarto de baño de la vivienda.

El cadáver fue encontrado después de que sus compañeros del MI6, cuya sede londinense está muy cerca del apartamento del fallecido, denunciaran que no le habían visto en los últimos días.

Junto al cuerpo los agentes encontraron su teléfono móvil y numerosas tarjetas SIM, perfectamente ordenadas, lo que, según afirma el diario "The Times", hace sospechar a la policía de que pudo haber un "componente de ritual"en la muerte.

La agencia local de noticias PA indicó que todo parece indicar que el fallecido trabajaba como oficial de comunicaciones en la sede central del MI6 en Cheltenham (sur de Inglaterra), pero que estaba en comisión de servicio en la capital británica.

La policía mantuvo hoy acordonada la calle donde se encuentra la vivienda en la que apareció el cuerpo, la misma en la que viven destacadas personalidades políticas, como el ex dirigente del Partido Conservador Michael Howard y el ex ministro del Interior británico y ex vicepresidente de la Comisión Europea Leon Brittan.

Scotland Yard confirmó que afronta la investigación del suceso como la de un asesinato y que se está a la espera de que se realice la autopsia al cuerpo y se proceda a su identificación.

De confirmarse que se trata de un asesinato, será el primero en territorio británico de alguien relacionado con el espionaje desde la muerte en 2006 del agente ruso Alexander Litvinenko.

Litvinenko, ex miembro del KGB que se refugió en Londres para evitar represalias en su país por su vinculación con empresarios rusos opositores del entonces presidente Vladímir Putin, murió en un hospital tras beber un té envenenado con polonio-210.

Años antes, en 1978, el disidente búlgaro Gueorgui Markov fue envenenado mientras cruzaba el puente de Waterloo al más puro estilo James Bond con una cápsula de ricino disparada con un "paraguas pistola", en uno de los asesinatos más célebres de la Guerra Fría.