Cataluña

«La Constitución y España viven su peor momento por Zapatero»

El señor Pérez Crespo representa la historia viva del inicio de la era democrática y la aprobación institucional de la Constitución

El primer presidente de la Comunidad Autónoma, Antonio Pérez Crespo, sostiene en su estudio un ejemplar de la Constitución
El primer presidente de la Comunidad Autónoma, Antonio Pérez Crespo, sostiene en su estudio un ejemplar de la Constituciónlarazon

Primer presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y presidente en nuestra tierra del partido exento UCD el 6 de diciembre de 1978 recuerda a LA RAZÓN esa fecha como la que gestó un hecho muy importante de la vida política de España porque «supuso el final de un largo período muy duro compuesto por la II República, la Guerra Civil y el régimen dictatorial de Franco».

Pérez Crespo deposita mucha importancia al día que se conmemoró ayer porque «la Constitución permitió a los ciudadanos que votaran lo que preferían y por eso se convocaron las Cortes constituyentes y pudieron comparecer los partidos políticos públicamente. La principal controversía provenía de la legalización del Partido Comunista que al final se concretó y se decidió que aquellas formaciones políticas que aprobaran la Constitución tendrían la condición de legales y lo que se mostraran contrarias serían ilegales».

Para el primer presidente autonómico no cabe duda de la importancia histórica que conllevó la concreción del texto constitucional y por eso lamenta profundamente la situación actual por la que atraviesa la Constitución que se encuentra supeditada a intereses partidistas, manifiesta con cristalina claridad nuestro interlocutor. «Cuando deberíamos encontrarnos con un texto firme y sólido, observamos como en las dos últimas legislaturas Zapatero está llevando unan política totalmente contraria a la Constitución para satisfacer sus intereses particulares y los de sus socios nacinalistas». Para demostrar el sustento legal de sus aseveraciones Pérez Crespo recuerda que «el título segundo de la Constitución menciona que la soberanía del Estado reside en el pueblo español y no en el presidente del Gobierno». Por esto, no alcanza a comprender como Zapatero se plegó ante el Estatuto catalán que es claramente insconstitucional, máxime si se tiene en consideración que «la Constitución se basa en que España es una nación única e indisoluble que ahora se está intentando disgregar». A colación de los nacionalismos, establece igualmente el desprecio que se está haciendo a la lengua española especialmente en Cataluña.

«El artículo tercero recoge el deber y el derecho de conocer y utilizar el castellano y pone a esta lengua como la oficial del Estado, algo que en el caso de Cataluña no se estaba cumpliendo bajo el mandato del gobierno tripartido encabezado por José Montilla». Ante estos ataques coninuos a la Consitución, Pérez Crespo considera que lo más inteligente sería «impulsar una reforma constitucional» por referéndum y «ver cuantos votos obtienen los partidos que la han promovido». Por todas estas situaciones expuestas, el primer presidente de la Comunidad no vacila al afirmar sin titubeos que «la situación actual de la Constitución y de España es caótica porque basta con que se tenga amistad con el presidente del Gobierno para que se le dé la vuelta al texto constitucional sin problemas».

No le falta razón a Pérez Crespo en su argumentación cuando anhela y añora que el texto constitucional, cuyo aniversario todos celebramos ayer, no se reconoce a lo que fue por decisión de todos los españoles de la época.