Moscú

El colapso de la diplomacia

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En el terreno diplomático, el atentado contra la cúpula militar siria no ha hecho sino reforzar las posturas de la comunidad internacional. Por un lado, los países críticos con el régimen de Asad salieron ayer a urgir una transición política en Siria «cuanto antes». Por otro, Rusia y China se mostraron preocupados por el cariz que están tomando los acontecimientos en Damasco, pero se niegan a firmar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU hasta que no desaparezcan tanto las sanciones económicas como el famoso Capítulo VII, que permitiría a la OTAN intervenir, como se hizo en Libia. Lo único que logró el enviado especial de la ONU, Kofi Annan, es que se retrasara la votación (prevista para ayer por la noche) hasta hoy. Sin embargo, se espera el famoso doble veto de Moscú y Pekín, que de todo el documento, sólo parecen dispuestos a alargar la misión de observadores de la ONU 45 días más.

Los esfuerzos de la diplomacia se centraron ayer en convencer a China y a Rusia de mostrar unanimidad respecto a Damasco. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, que termina su mandato mañana, viajó a Pekín y se citó con el presidente chino, Hu Jintao. «Espero sinceramente que los miembros del Consejo intercambien posturas siendo conscientes de la urgencia y que tomen una acción colectiva con sentido de la unidad», aseguró Ban.

Annan trató el martes de acercar posturas con el presidente ruso, Vladimir Putin, y ayer le tocó el turno por la mañana al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que al igual que Annan viajó a Moscú, y por la tarde, al mandatario estadounidense, Barack Obama. El secretario de prensa de Putin, Dimitri Peskov, afirmó que «el intercambio de opiniones [entre Obama y Putin] demuestra que ambas partes coinciden en la valoración que hacen de la situación en Siria y en el objetivo final de detener» la violencia. Pero también reconoce que «siguen existiendo diferencias en cuanto a las medidas que habría que tomar en la práctica» para alcanzar ese objetivo. De hecho, EE UU ayer afirmó que la ventana para una solución pacífica «se está cerrando». «Necesitamos una acción unificada», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

«La violencia siempre trae una respuesta violenta, lo que amenaza con arrastrar a Siria a una guerra civil que a su vez llevará a la explosión de la situación en ese país y en toda la región», explicó el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, quien ha convocado una reunión urgente.