Suiza
«El cocinero»: sexo entre fogones
Martin Suter incluye en su original novela hasta diez recetas
Love Food es un servicio de catering especializado en comida afrodisíaca que hace reactivar la líbido a parejas cansadas o adineradas que participan de la prostitución de lujo. Andrea y Maravan, un cocinero tamil especializado en recetas tradicionales, lo crearon en Zúrich tras ser despedidos del restaurante en el que trabajaban. Ambos necesitan ganar dinero, pero sus motivaciones son diferentes. En este devenir de acontecimientos aparecen la guerra de Sri Lanka, la inmigración, la prostitución, la crisis y los problemas éticos que provoca el dinero. Un cóctel que Martin Suter mezcla en «El cocinero».
– La gastronomía está de moda. ¿Sólo se cocina en los fogones?
– No, es algo más. Un arte más elevado que la política o los negocios. Cocinar es creativo y lo demás no tanto. Las decisiones se cocinan, pero no hay arte.
– ¿Cree que hay una tendencia a relacionar cocina y sensualidad?
– Están relacionados. Comer y cocinar es algo muy sensual. La relación amorosa o erótica comienza con una comida. Es normal invitar a comer a una chica cuando se quiere salir con ella.
– ¿Existe la comida afrodisíaca? ¿Y qué es la ayurvédica?
– Las 10 recetas que ofrece el restaurante Love Food son reales. La cocina ayurvédica, una disciplina de medicina india, tiene ocho sectores y, el octavo, el «vajikarana», es afrodisíaco. Todas las recetas son tradicionales. Despiertan la líbido, pero se necesita tiempo para que hagan efecto.
– ¿Es la cocina metáfora de algo en su libro?
– La comida como metáfora de la identidad, de los problemas que sufren los inmigrantes tamiles en Suiza, de la crisis económica o la guerra en Sri-Lanka.
– ¿La crisis económica favorece la economía sumergida?
– Se da siempre. Llendo bien también hay gente que la realiza para evadir impuestos, aunque en el caso de los inmigrantes es una forma de sobrevivir.
– ¿Ética y dinero son compatibles?
– Cuando hay problemas de supervivencia hay poco espacio para la ética. Habrá personas con mucho dinero que actúen desde la ética, pero el dinero es egoísta.
– ¿Es preciso renunciar a principios fundamentales en caso de necesidad?
– A veces sí. Si la necesidad aprieta, los principios se relajan. Pero no se puede cerrar los ojos a todo.
– ¿Europa integra bien a los inmigrantes en este momento?
-Es el problema de la identidad. Si la dejan pierden mucho. La segunda generación es peor. Se les inculca la cultura del país de sus padres, pero no lo aceptan.
«El cocinero»
Martin Suter
Lumen
336 páginas. 19,90 euros.
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