Nutrición y calidad

Cualquier producto que se registra por sus cualidades nutritivas, sea yogurt, jamón, pavo, incluso un nutracéutico, necesita avales y requerimientos administrativos. A veces nos asaltan las dudas por la publicidad posiblemente engañosa. Por eso traigo a colación la importancia de la IV Jornada de Calidad Alimentaria que se inicia mañana en la Comunidad de Madrid propiciada por la Dirección General de Ordenación e Inspección que dirige Manuel Molina. Tanto los responsables de la Consejería como el propio presidente del Colegio Oficial de Veterinarios, Felipe Vilas, procuran proteger al consumidor sin andar a la caza del empresario. Porque se puede aplicar la legislación, ser ecuánimes, justos e independientes a fin de que se mueva el mercado, los consumidores se beneficien y la inspección aplique la norma. En España tenemos suerte por la coincidencia de nobleza y rigor que imprimen por una parte, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que preside el Doctor Roberto Sabrido, y por otra parte el Gobierno y las diferentes administraciones tanto europea como de las Comunidades. Cuando los responsables públicos se olvidan de sus partidos y ejercen con eficacia y aplican la legislación con sensatez, el mercado fluye y los consumidores lo agradecen. Asisto a las Jornadas con el deseo de que en la inauguración, la viceconsejera, Belén Prado, nos introduzca en el ámbito de la aplicación de los reglamentos de la industria alimentaria. Deberíamos aprender cuál es la percepción de los mensajes nutricionales y saludables por parte de los consumidores para saber, también de la mano de los veterinarios, esta disciplina que procura vigilar lo que comemos. Seguro.