Valencia

Capitales en plan de ahorro

Los exiguos presupuestos hijos de la crisis económica han llevado a los ayuntamientos de las tres capitales de provincia a malabarismos organizativos en la composición de sus Gobiernos. Serán cuatro años de austeridad, así que nada de apuestas arriesgadas que impliquen más gastos o inversiones innecesarias.

Rita Barberá posa en las escaleras de la Casa Consistorial con su equipo de Gobierno
Rita Barberá posa en las escaleras de la Casa Consistorial con su equipo de Gobiernolarazon

El más conservador fue el de Valencia, cuya alcaldesa, Rita Barberá, ha optado por la continuidad y un organigrama ajustado «a las realidades actuales». Así, además de la creación del área de Dinamización Económica y Empleo, en manos de Alfonso Grau, la otra gran apuesta del Consistorio capitalino ha sido la puesta en marcha de una nueva Concejalía, la de Coordinación jurídica de la Administración, de la que se encargará Félix Crespo, entre cuyas misiones figura la unificación de los criterios de ocupación de la vía pública y las licencias de obra y actividades, y que incluirá la creación de un cuerpo de inspección. Los experimentos municipales deberán esperar tiempos mejores.

Así que, más allá de «algunos ajustes», la jugada evidencia que es época de ajustarse el cinturón. Un estilo que, según Barberá, responde a la voluntad de conseguir «la mejor, la más idónea y coordinada estructura» para cumplir los compromisos electorales. Es más, «con dolor de corazón», la primera edil admitió que no podía nombrar a María José Alcón y a Emilio del Toro (los dos ediles de la anterior legislatura que no continúan en esta) como concejales no electos, ya que la austeridad le obliga a hacer recortes. En la línea de la contención del gasto se integran también las propuestas de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, quien apuesta por reducir las dedicaciones exclusivas de algunos concejales porque, a su juicio, de esa manera se «ahorra de verdad».

Con ello justificó la decisión de haber dejado sin competencias y sin dedicación exclusiva a los concejales populares José Joaquín Ripoll y Juan Zaragoza. «Si no hubieran sido ellos, hubieran sido otros». De hecho, ella misma, y la edil María Carmen de España, también dejarán de cobrar por este concepto. Asimismo, anunció la reducción del número de asesores para todos los grupos políticos, incluido el popular, que prescindirá de seis. Por su parte, en Castellón las medidas pasan por la reducción de sueldos de algunos cargos públicos, empezando por el del alcalde, Alberto Fabra, que ya adelantó que reduciría su salario un trece por ciento hasta los 6.400 euros brutos al mes -los ediles sin delegación se quedarían en poco más de 1.300-. Y es que Castellón pretende ahorrar casi 900.000 euros en sueldos de concejales y asesores durante la próxima legislatura.

El primer vicealcalde y dos directoras
Veinte años en el poder y una misma manera de gobernar. A Rita Barberá se la conoce poco amiga de los grandes cambios. Si el equipo funciona, no se cambia, dice siempre. Así que el reparto de Concejalías que hizo público ayer sólo vino que a confirmar su conservadurismo. De las escasas novedades en la conformación de su Gobierno destaca el nombramiento de Alfonso Grau como vicealcalde, figura que le permite la ley, pero de la que nunca antes había hecho uso. Asimismo, sorprendió, incluso a una de las nombradas, la designación de dos nuevas directoras generales. Cristina Montalvá, que se ocupará de Pensamiento, Estudios y Programas, y Esmeralda Orero, que dependerá de Hacienda y Política Tributaria. El área de Urbanismo estará coordinada por Jorge Bellver, que pasa a presidir Aumsa. Mientras que Félix Crespo deja Fiestas y Cultura Popular para encargarse de Coordinación Jurídica y de la Administración. El afortunado que le sustituye, Francisco Lledó.