Jordania

Como dos gotas de agua por Jorge BERLANGA

¿Se aguardan, o las esperamos? Como si afilaran las uñas en la manicura con brillos y cutículas impecables por donde no cabe una partícula de arena del desierto, Rania y Letizia saltan al albero con todas sus defensas en buen estado por más que algo retocadas.

La Razón
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Se miran y se miden al milímetro, empezando por la longitud de los tacones, y se corta el aire hasta que tiembla con las palabras de la española: «Estoy bien, gracias». Gran demostración de diplomacia internacional. ¿Querría decir «Guapa como yo sola, estilosa, divina y delgada, chúpate ésa»? Yo no sé si el viaje a Jordania de los Príncipes alcanza nivel de visita de Estado o cuál puede ser su proyección política.

Lo que sí está claro es que para el pueblo llano y vano tiene una proyección comparativa dentro del glamour de las damas, que aparecen desafiando con asombrosa ligereza la calorina, recordando aquella película de Pili y Mili, «Como 2 gotas de agua». Peinados con mechas semejantes, trajes claros, zapatos estratosféricos y una sencillez general en el atuendo que desvela muchas horas de meditación a la hora de decidir qué ponerse que, con toda la razón, debe ser una tarea durísima.

Los expertos en asuntos exteriores han de juzgar por un lado la visita a Abdallah mientras los de la moda analizarán los modelitos, pero lo que tiene tirón finalmente es el morbo que suscitan las dos mujeres en franca rivalidad cuando se miran con educación, con esa sonrisa que parece forzada por los zapatos y el esfuerzo por no romper la aguja entre dos piedras, todos esos pequeños detalles que nos las hacen más cercanas, más simpáticas y más humanas.

Ya vemos la milenaria ciudad de Petra como fondo para todo donde posar con vestidos en un duelo al sol de fondo de armario en el que juega Rania con ventaja. La frivolidad nos acaba venciendo con sus costuras y sueños de ricos mercaderes. Y lo que sería curioso es ver a Letizia con el traje típico de la zona, que no todo es europeizar con marcas el mundo árabe. ¡Por Dior!