Comunidad de Madrid

Árboles: Madrid a través de sus ejemplares singulares

Más de 250 árboles de leyenda dibujan un Madrid distinto. El 70 por ciento de estos ejemplares añejos, de belleza en ocasiones retorcida y de gigantes dimensiones es autóctono 

Árboles: Madrid a través de sus ejemplares singulares
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Olmos, hayas, aunque más que frondosas sobre todo coníferas, dibujan la belleza arbórea singular de la Comunidad de Madrid. En total, 257 ejemplares de leyenda permiten conocer un Madrid distinto, que pocas veces, o no las suficientes, se sabe valorar. Detrás de cada anillo del tronco, de cada rama retorcida, hay una página de historia. Prueba de ello es el Ahuehuete del Parterre, situado en el parque de El Retiro. No sólo es el árbol más corpulento del Parterre, sino que en él se ha escrito parte de nuestro pasado por servir su horcadura de apoyo para una pieza de artillería de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Eso fue lo que le salvó; menos suerte tuvieron sus vecinos arbóreos, la mayoría de ellos arrasados cuando los franceses instalaron su cuartel general en El Retiro.
Su conservación, como la del resto de ejemplares singulares, resulta clave. De ahí que, tras la revisión del Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad de Madrid, con el fin de conocer la situación actual en la que se encuentran los ejemplares protegidos (70 por ciento de ellos autóctonos), se esté procesando la fase de informatización con el objetivo de mejorar los datos y agilizar la gestión de estos árboles de leyenda. Unos datos que quizá haya que ampliar próximamente, una vez que «el Consejo de Gobierno apruebe el Decreto que permita ampliar el Catálogo de Árboles Singulares», explica Felipe Ruza, subdirector general de Conservación del Medio Natural y Calidad del Aire de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.

Ahuehuete del Parterre: una conífera de casi 380 años y 25 metros de altura
El Ahuehuete del Parterre (Taxodium mucronatum) destaca por su rareza, su porte, su edad, tamaño e historia. Situada en el parque de El Retiro, frente al Casón del Buen Retiro, esta especie alóctona originaria de Centroamérica es el árbol más corpulento del Parterre. Se calcula que este «árbol viejo de agua» fue plantado hacia 1632, cuando se construyó la entrada del jardín. De ahí que se estime que este ejemplar, de 25 metros de altura y 22,3 de diámetro medio de copa, pueda tener entre 378 y 380 años aproximadamente. Se le atribuyen multitud de historias, como aquella de los soldados franceses citada anteriormente o aquella otra de que la trajo Hernán Cortés por motivos sentimentales.

 

El resistente Olmo
de Nuevo Baztán

En el cruce de la travesía de José de Churriguera con la calle de Los Jardines, en el casco urbano del municipio de Nuevo Baztán, cerca de la gasolinera, aguanta este olmo (Ulmus minor) de porte globoso. Resistente como él solo, es el único superviviente de una alineación de olmos que se levantó en el pueblo a principios del siglo XVIII. Se calcula
que esta frondosa caducifolia de copa redondeada y amplia (18,2 metros de diámetro medio de copa) tenga más de 300 años. De la cruz del ejemplar arbóreo (a unos 2,1 metros) parten siete ramas principales. Se trata de un emblema único de esta localidad histórica que además atesora otro árbol singular, como es el Pino Carrasco de Nuevo Baztán.
 

El ejemplar emblemático
del Hayedo de Montejo
En el Hayedo de Montejo, al norte de la Comunidad de Madrid, varios ejemplares singulares tienen aquí su hábitat. Pero es el Haya de la Roca, ubicada en el monte «El Chaparral», en Montejo de la Sierra, el ejemplar emblemático de este bosque formado por hayas, robles albares y rebollos. Su nombre describe su ubicación, al estar sobre una roca con el sistema radical expuesto. Con 265 años, esta frondosa caducifolia compite en agua y nitratos con los ejemplares jóvenes que crecen robustos desde que el pastoreo se prohibiera. El tamaño del haya de porte irregular es digno de mención: 15 metros de altura y 16,8 de diámetro medio de copa.
 

Olmo clonado
de Guadarrama
En la Plaza del Ayuntamiento de Guadarrama, resiste con más de 130 años el Olmo (también conocido como Olma) de Guadarrama. Los cuidados recibidos contra los barrenillos que afectan a esta especie arbórea (los insectos que transmiten la grafiosis) han permitido que este ejemplar, de 21 metros de altura, haya sobrevivido, superando, incluso, a las labores de pavimentación de la plaza. Sin embargo, él sigue en pie, presenciando los quehaceres y eventos que se acontecen en este pueblo. Y por si algún día no lograra resistir más, desde el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) ya se encargaron de recoger una rama caída durante una poda con el fin de clonar este ejemplar singular de 22 metros de diámetro de copa.