Estocolmo

«Piratas» informáticos atacan a las webs que no apoyan a Wikileaks

Son muchos los que consideran a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, un auténtico héroe. Y entre los seguidores destaca un grupo de piratas informáticos que se ha tomado la justicia por su mano para limpiar el nombre del australiano

Ciberataques por la detención de Assange
Ciberataques por la detención de Assangelarazon

Han declarado la guerra cibernética a todas las empresas que han dejado de prestar servicio a su portal después de que los cables diplomáticos de Estados Unidos hayan salido a la luz.

Una de las víctimas de este ejército de «hackers» de nombre «Anonymous» (Anónimos) ha sido la página web de Master Card. Esta semana, la compañía rompió su relación con Wikileaks siguiendo el ejemplo de Visa, PayPal y el banco suizo PostFinance, que también cerró una cuenta de Assange por haber mentido respecto a su residencia al abrirla. Con tal número de bajas, el portal se ha quedado prácticamente sin forma de recibir dinero.

Master Card aseguró que su web funcionaba y que los problemas en la red se debían a la «intensa actividad de su página corporativa». Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer, la web aún no estaba completamente operativa y la BBC matizó que muchas personas en Reino Unido habían tenido problemas para efectuar determinados pagos.

El asalto cibernético fue reclamado en Twitter por «Anonymous» con un mensaje que decía «venganza». Uno de los miembros de este grupo que se hizo llamar «Coldblood» (Sangre fría) aseguró a la cadena pública que consideraban que Wikileaks se había convertido en algo más que una filtración de documentos. «Ahora es un campo de guerra del pueblo contra los gobiernos. Sabemos que nuestras acciones pueden causar trastornos a la gente, pero sólo así las empresa se darán cuenta de que el pueblo no está contento –matizó– hay que garantizar que internet sea libre».

Por su parte, la empresa de pagos online PayPal también se quejó de haber sido agredida en la red. En un principio, el proveedor había dicho que la decisión de retirar el apoyo a Wikileaks era por «violación de sus políticas», pero ayer, un portavoz reconoció que actuaron después de haber recibido una carta del Gobierno estadounidense. La respuesta de «Anonymous» no se hizo esperar.

Los objetivos de este «ejército cibernético» no se ciñen sólo a empresas. La Fiscalía sueca, que ha pedido la extradición de Assange para interrogarle por supuestos ataques sexuales a dos jóvenes, denunció ayer a la Policía haber sufrido un ataque informático. El centro para investigar incidentes de este tipo en Estocolmo confirmó que se trató de una acción organizada desde varios países.

El fundador de Wikileaks, por tanto, puede sentirse halagado. Tendrá que estar en prisión preventiva hasta el 14 de diciembre, fecha en que está previsto que se celebre la próxima vista del proceso para su extradición a Suecia, pero sabe que tiene el apoyo de mucha gente.


Australia ofrece ayuda oficial a Assange
Antes de ser detenido, Assange aseguró que se sentía australiano, pero que lamentaba no poder ir nunca más a su país debido que «la primera ministra, Julia Gillard, y el fiscal general, Robert McClelland, trabajaban de forma activa para ayudar a EE UU en sus ataques» contra él y su gente. Sin embargo, Australia le ofreció ayer protección consular. La Embajada en Reino Unido contactó con el periodista para asegurarse de que tiene representación legal y podrá recibir sus visitas igual que cualquier otro nacional en la misma situación, según anunció el ministro de Exteriores, Kevin Rudd. Éste subrayó que cualquiera tiene derecho a la presunción de inocencia.