Balón de Oro

Hemos abierto el melón del Balón de Oro para los futbolistas y ahora toca el de los entrenadores. Para los jugadores tenemos la ventaja de que todos son españoles, aunque en algunos lugares se concede más españolidad a unos que a otros. Simplemente por su lugar de nacencia.
Para los entrenadores tenemos conflicto. La españolidad y las querencias viscerales. Figuran entre los candidatos Del Bosque y Guardiola. Presumo que no está en ellos la discusión, ni la campaña a librar. Hay quienes se han puesto las orejeras y entienden que el premio ha de ser para Mourinho.
Entre los candidatos a este galardón, que se otorga por vez primera, en mi opinión, hay dos que sobresalen. Del Bosque porque ha dirigido al equipo campeón del mundo y con un balance de triunfos en la fase previa envidiable. Si ello fue poco hay que contar con la admiración que ha causado el juego desarrollado, que ha pasado a ser ejemplo para muchos países. España jamás tuvo un estilo definido salvo el antañón de «la furia» y, tras muchos años imitando varios modelos, ha establecido el suyo.
Guardiola es entrenador que puede presumir del récord de haber ganado seis títulos en un mismo año. Es, desde tal punto de vista, superior al de los demás aspirantes. A los seis ha sumado la Liga española anterior. Y, además, el fútbol que practica la Selección es reflejo del barcelonista. Creo sinceramente, y no por chovinismo, que ambos están por delante. ¿Es comparable el juego de la Selección y el Barça al del Inter?