Euroliga

Barcelona

El Madrid todavía debe esperar (82-63)

El Maccabi fue muy superior a un bloque en el que sólo aparecieron Reyes, Tomic y Prigioni

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El primer objetivo que se trazó el Real Madrid de Ettore Messina para esta temporada era regresar a la «Final Four». Sin el técnico italiano, los que fueron sus jugadores cumplieron con la exigente misión: estaban en el Sant Jordi en busca de «La Novena». Ir más allá quizá fuese pedir demasiado para un bloque del que se puede cuestionar que esté entre los cuatro grandes de Europa. Todavía no, tiene margen de mejora. El Maccabi fue muy superior al Madrid. Los hebreos arrollaron a un equipo en el que dieron la cara tres. Ni uno más. Detrás de Prigioni, Reyes y Tomic no hubo nada. Ni en la pista ni en el banquillo. Demasiados desaparecidos, entrenador incluido, y pocos elementos para regresar a una final de la Copa de Europa 16 años después. «La Novena» no llegará en Barcelona. Panathinaikos y Maccabi se jugarán la gloria mientras Messina observaba a sus ex en la grada.

El Maccabi no se anda con remilgos. Pasan por los partidos siempre a la misma velocidad. La clave es evitar que ese ritmo, que puede ser asfixiante para el rival, se mantenga constante durante demasiados minutos. De lo contrario, te atropellan. Lo que le pasó al Baskonia en sus partidos de cuartos de final en Tel Aviv y lo que le sucedió al Madrid poco antes del final del tercer periodo. Hay que plantearles trabas, incomodarles y eso sólo lo sintieron hasta el descanso.

Con apenas medio equipo activado, el Madrid sobrevivió durante el primer tiempo. Es posible que sea lo único que se podía exigir después de quince años de ausencia en un partido de tanto calibre. De Llull, Suárez y los suplentes nada se supo. La supervivencia llegó gracias a la presencia interior de Reyes y Tomic – 29 puntos y 12 rebotes entre ambos al descanso– aderezada con un par de triples oportunísimos de Prigioni. Porque el Maccabi fue el primero en golpear. Sin contar con la aportación de Schortsianitis –lo mejor que hizo el Madrid atrás hasta el descanso–, los israelíes jugaron más sueltos. Fueron atrevidos y encontraron algo más de premio. Poco, pero suficiente (29-32).

Tenían que aparecer más jugadores para que el Maccabi se encontrara obligado a ofrecer algo más. No fue así. Llull y Suárez asomaron la cabeza un instante, pero volvieron a estar tapados el resto del partido. Bien entrado el tercer parcial, David Blatt había logrado maniatar a Tomic y Reyes. El Madrid tenía el partido cogido con alfileres y se le desmontó en cuanto el Maccabi comenzó a soplar un poco más fuerte. Pargo imprimió una velocidad más al ataque de los suyos y se añadió el extraordinario acierto de Eidson. Maccabi volvió a despegar (43-53, min 29) y ya no aterrizó hasta el final en un paseo celebrado por los 5.000 «amarillos» de la grada.

De pronto las diferencias se estiraron hasta los diez puntos. Molin apostó por un quinteto muy joven –menos de 25 años de media– para intentar la remontada y que la herida no se hiciera más evidente. No acertó. El equipo se deshilachó a cada triple de los macabeos. En una misma jugada llegaron a tener tres opciones de tiro y el Madrid se desangró sin remedio (47-60, 49-63, 51-69). El castigo resultaba excesivo.

La derrota en las semifinales sólo debe significar un punto y aparte para un equipo en formación. Lo que se necesita es que la base del grupo –Sergio, Llull, Suárez, Mirotic y Tomic– madure, un par de retoques, incluyendo previsiblemente al inquilino del banquillo, y prescindir de algún elemento –Tucker– que ayer cavó su propia tumba. Si se mantiene el rumbo, habrá más «Final Four», se saltará el penúltimo escalón y se podrá pelear por «La Novena», aunque no sea en Barcelona.


«Debemos aprender»
La primera experiencia en una «Final Four» para la inmensa mayoría de la plantilla del Madrid acabó con una dolorosa derrota. Su técnico, «Lele» Molin, cree que el equipo está en fase de aprendizaje. «Debemos aprender muchas cosas porque para jugar este tipo de partidos se necesita algo más que el talento y no hemos sabido encontrar ese plus», aseguró.



Ficha técnica:
82 - Maccabi Tel Aviv (14+18+23+27): Pargo (13), Eliyahu (1), Pnini (14), Eidson (19) y Schortsanitis (16) -equipo inicial-, Hendrix (6), Sharp (3), Blu (10), Burstein y Macvan.
63 - Real Madrid (12+17+18+16): Tomic (17), Prigioni (9), Reyes (15), Suárez (8) y Llull (9) -equipo inicial-, Mirotic, Rodríguez, Fischer (2) y Tucker (3).
Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Christos Christodoulou (GRE) y Zoran Sutulovic (MNE). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda semifinal de la Euroliga disputada en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante 16.008 espectadores.