OPINIÓN: El General Ángel Gozalo

Durante años mucha gente me ha hecho la misma pregunta cuando sabía que he acusado a terroristas, defendido policías o Guardias Civiles en el País Vasco, o representaba a figuras de la lucha contra ETA como el General Rodríguez Galindo o El Lobo, ¿no tienes miedo? Mi respuesta siempre ha sido la misma. A nadie le satisface ser un posible objetivo de terroristas, y menos cuando se es padre, pero miedo no tengo, y a veces de forma socarrona alguno me habrá oído decir que me cuida un Ángel.
El Ángel en el que yo he confiado siempre lleva tricornio, tiene un aspecto muy serio, aunque trasfondo socarrón, llegó a Cataluña de teniente y aquí se quedó hasta llegar a General, se casó con una mujer que se llama como la mía, Roser y con la que con toda naturalidad hablo catalán porque es su lengua. De servicios de información, Ángel lo sabe todo, y ha sido el alma de la escuela catalana de la Guardia Civil en la lucha contra ETA. Discretos, astutos, eficaces, jamás les ha dado tregua desde el terrible atentado de Vic. Para ellos nunca ha habido componendas, por eso nos llevamos tan bien. El enemigo era el mismo, ellos me han protegido y yo he estado ahí siempre que me han necesitado.
Ángel Gozalo se ha ido ahora a Madrid al mando de la unidad de la Guardia Civil de Policía Judicial de toda España, todo un lujo y una garantía de eficacia y trabajo, aunque él ya lo advirtió en la cena homenaje del pasado viernes. «No me he hecho del Madrid, sigo siendo del Español».
Y aquí, aunque ustedes no los vea, los Ángeles de Gozalo siguen velando por nosotros y esa es una garantía.