Fútbol

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Estos lodos

La Razón
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El Sporting-Real Madrid tuvo más tensión de la debida. Tanta como aquella tarde en que en El Molinón nació el grito de «así, así, así gana el Madrid». Esta vez la razón de la intensidad del juego tuvo que ver con los antecedentes de las declaraciones de los entrenadores. José Mario dos Santos Félix Mourinho dijo, sin venir a cuento, aquello de que el Sporting fue al Camp Nou a regalar los puntos. Antes se metió con Emery. Manuel Preciado, entrenador modesto, pero honrado, que habla a la pata la llana, y que no es provocador, estaba herido por aquella estupidez del entrenador madridista, especialista en crear broncas. Preciado dijo esta semana lo que sentía, opinión que comparten la mayoría de los colegas, aunque todos no se atrevan a confesarlo, y el partido comenzó con electricidad en el césped y el graderío. Aquellos polvos trajeron estos lodos. En el primer tiempo se vio menos fútbol del deseable. Hubo obstrucciones, caídas, representaciones teatrales. Todo, menos juego que entusiasmara.
Preciado no mostró modos del cuerpo diplomático, pero tenía razonables motivos para responder a su colega. Pero se equivocó. Topó en sagrado y se las llevará todas. No tiene quien le escriba.
En el segundo tiempo hubo más serenidad general aunque el árbitro consintió alguna obstrucción y algún gesto de chulito. Finalmente se impuso el Madrid, pero como en otras ocasiones el salvador fue Casillas. Detuvo el mejor remate gijonés y aseguró el triunfo. Higuaín hizo el gol y el portero lo defendió. Mourinho, también, con más defensores. Dio entrada a Lass y Arbeloa. Amarrar da réditos.