Argentina

Las criadas infieles de las Hurtado ante el juez

Las gemelas niegan rotundamente que hayan maltratado a sus propios padres y piensan denunciar a las ex trabajadoras por falsedad e injurias

Las gemelas flanquean a su madre, Mari Carrillo. A la derecha, Paloma Hurtado, ahora en EE UU
Las gemelas flanquean a su madre, Mari Carrillo. A la derecha, Paloma Hurtado, ahora en EE UUlarazon

Hablarán en los tribunales. Las populares artistas, Fernanda y Teresa Hurtado, no tienen la menor intención de formar parte del escándalo mediático generado por tres empleadas del hogar que prestaron sus servicios en su casa y que han acusado a las gemelas de «maltratar» a sus padres, ya fallecidos.
Teresa y Fernanda piensan denunciar a las trabajadoras por falsedad e injurias. Ya han puesto en manos de su abogado tan desgraciado tema, porque no están dispuestas a aguantar más lo que ellas consideran, según le han dicho a una de sus mejores amigas, «una mentira y una barbaridad».
Esa misma fuente indica que «Fernanda y Teresa son incapaces de maltratar a nadie, y con sus padres, que padecían alzhéimer, se portaron como unas hijas extraordinarias. Tienen la conciencia muy tranquila, y todo lo que cuentan esas tres mujeres sobre ellas es un perfecto bulo. Las dos están muy dolidas con este asunto, pero prefieren no entrar en ese circo mediático. No tienen nada que ocultar, pero hablarán donde deben hablar: en el juzgado. Es lo mejor que pueden hacer, una actitud sensata, porque no van a caer en el error de contestar en los medios a las personas que las insultan tan gravemente».
Una de esas empleadas, de nombre Argentina, aseguró que el padre de las gemelas, Diego Hurtado, sí recibía los cariños de sus hijas gemelas, pero que su madre, la recordada actriz Mari Carrillo, «era sistemáticamente ignorada por ellas».
Esa mujer fue acusada por Fernanda y Teresa de haber sustraído una joya familiar, que posteriormente fue recuperada, pero la despidieron porque ya no confiaban en ella. Y en el círculo más cercano a las Hurtado se especula con que la tal Argentina podría haber hablado mal de sus antiguas jefas por venganza y despecho. Pero extraña la intervención de las otras dos ex empleadas del hogar, apoyando los argumentos de la primera.
Hace unos días, Mayra Gómez Kemp, que trabajó con Teresa, Fernanda y con su hermana Paloma, en el concurso «Un, dos, tres» (las tres interpretaban a las «tacañonas» y Mayra era la presentadora del programa), defendió a las gemelas, asegurando que no se creía las historias de malos tratos. Pero el escándalo que se ha organizado sobrepasa los límites impuestos por la ética y las buenas maneras.
Diego Hurtado, padre de las tres hermanas, murió en 2008, a los noventa y tres años de edad, mientras que Mari Carrillo falleció un año después, a los noventa y dos.
Fernanda y Teresa, como decíamos, ajenas, por decisión propia, al circo mediático que se ha montado, están disfrutando de unos días de vacaciones, y cuando regresen a Madrid comenzarán a preparar un show que supondrá su regreso al mundo artístico tras veinte años de ausencia.
Igualmente, siguen activamente con su faceta como artistas plásticas, englobadas en lo que ellas denominan como «nuevo conceptualismo», una customización de cuadros en la que se funden fotografías de personajes famosos o anónimos, con elementos tan dispares como joyas, perlas, abalorios, pieles, mantillas, bordados y en algunos casos, objetos personales de la persona que les encarga la obra. En Italia, donde han obtenido un rotundo éxito , están vendiendo cada cuadro por más de ocho mil euros, y ya tienen apalabradas exposiciones hasta el 2013.


De los besos al rencor
Fueron durante un tiempo las hermanas más famosas de España, allá cuando el «Un, dos, tres», el programa en el que ejercían de las Tacañonas alcanzaba los 20 millones de espectadores. La fama no les fue nunca ajena, pues nacieron en un escenario, ya que su masre, Mari Carrillo fue una de las primeras actrices del teatro español durante décadas. Más recientemente han sido noticia por la boda que Paloma Hurtado celebró en Orlando, de blanco como era su deseo, tras haberse enamorado a través de internet del norteamericano Pat Wolf. Las inseparables gemelas actuaron de madrinas del enlace, aunque sus padres, que todavía vivían entonces, aunque tenían 85 y 86 años, no pudieron viajar por su avanzada edad. Paloma apenas ha vuelto a prodigarse en sociedad en España, pues sigue feliz viviendo en norteamérica. El amor separó al conocidísimo trío de hermanas.