Valencia

El héroe de los fumadores

El dueño del asador insumiso de Marbella llama a la rebelión contra la ley antitabaco

José Eugenio Arias, dueño del Asador Guadalmina, foco de la rebelión contra la ley antitabaco
José Eugenio Arias, dueño del Asador Guadalmina, foco de la rebelión contra la ley antitabacolarazon

Marbella- «Recogida de firmas contra la ley antitabaco». Así reza el cartel que José Eugenio Arias, el propietario del Asador Guadalmina, ha colocado frente a la puerta de su establecimiento, y donde ha recogido ya más de 5.000 firmas en tan sólo unos días. El restaurante marbellí fue el primero en España en rebelarse contra la nueva normativa que prohibe fumar en el interior de todos los bares y restaurantes.

Ahora, José Eugenio hace un llamamiento al resto de establecimientos de nuestro país para que «no tengan miedo a las multas y se rebelen contra la ley», si están en desacuerdo con la norma, matiza. «Los hosteleros tenemos la sartén por el mango. Si una gran mayoría se rebela, la administración no podrá con todos nosotros», afirma el dueño del local en lo que parece una llamada de auxilio para tratar de sumar adeptos a su causa.


«Otros dejan mano ancha»
Este hostelero, que se define a sí mismo como «un pequeño empresario que sólo quiere defender sus derechos», confiesa sentirse desbordado ante el enorme impacto mediático que ha suscitado su rebelión. No obstante, lamenta los pocos establecimientos que han seguido su ejemplo, si bien se muestra optimista ante un efecto que, en su opinión, va cada vez a más. «Pensé que muchos más se iban a rebelar públicamente», indica con sorpresa. A su juicio, lo que está sucediendo es una especie de levantamiento encubierto. «Otros lo que hacen es dejar mano ancha y dejar fumar aunque parezca que lo tienen prohibido. Yo he decidido poner el cartel indicando que se puede fumar porque en lugar de ayudarnos a salir de la crisis en la que nos han metido, el Gobierno nos pone trabas con una ley que es del todo absurda», denuncia José Eugenio.

Para el dueño del restaurante, resulta cuando menos contradictorio que se prohíba el consumo de un producto, el tabaco, cuya venta está permitida en ese mismo lugar. «Es como si yo te vendo una copa de vino pero te digo que no te la puedes beber aquí», señala con sorna. Así, señala el «cinismo» del Ejecutivo, que «por un lado «ingresa mucho dinero con la venta del tabaco, pero por otra parte, persigue su consumo, a pesar de que es un producto completamente legal». Por este motivo, «nunca he tenido máquina expendedora, ni la tendré nunca», apunta José Eugenio.


Sabe a qué se enfrenta
Cuestionado sobre si es consciente de las consecuencias negativas –la sanción podría llegar hasta los 600.000 euros–, la respuesta es clara: «No me importan en absoluto las consecuencias», afirma con serenidad, tan sólo unos minutos después de que una inspectora de sanidad de la Junta de Andalucía le haya notificado la apertura de un expediente sancionador por falta muy grave, al obviar de manera reiterada el requerimiento de la autoridad sanitaria para que cese en su desafío al negarse a acatar la nueva ley antitabaco. La notificación informa al dueño del establecimiento de que dispone de un plazo de 15 días hábiles para formular alegaciones y aportar los documentos e informes que estime convenientes para defenderse.

A esta actuación podría sumarse de manera paralela otro procedimiento sancionador por parte del Ayuntamiento de Marbella. El consistorio podría sancionar al dueño del restaurante por infracción grave, por el incumplimiento de la ley de medidas contra el tabaquismo, y que podría derivar en una multa de otros 10.000 euros.

Aunque en un primer momento se especuló con la posibilidad de que hubiese denunciado a los policías locales que identificaron hace unos días a los clientes que fumaban en el interior del local, José Eugenio afirma que finalmente ha optado por no hacerlo. «Mi guerra no es contra ellos ni contra el Ayuntamiento, sino contra esta injusta ley», declara.

El goteo de personas que se acercan a dar ánimos a José Eugenio es constante durante toda la tarde. «Mucha suerte», le dicen. «Ahora venimos más», afirma Carlos, un cliente que se declara no fumador, pero que ve en la iniciativa del hostelero «un canto a la libertad», y que deja su rúbrica en la amplia lista de firmas recogidas como señal de apoyo a la causa. Muchas de las personas que han firmado son no fumadores o gente que viene sólo a eso, según afirma el dueño del local. «El apoyo que estoy recibiendo es impresionante», señala el propietario de asador, algo emocionado. Incluso ha habilitado una página en la red social Facebook para recabar apoyos contra ley y donde recibe miles de muestras de apoyo, además de una dirección de correo electrónico. «Muchos otros hosteleros me están consultando sobre qué hacer», afirma orgulloso.

Ante la posibilidad de que el expediente de la Junta llegue a sus últimas consecuencias, este hostelero lo tiene más que claro. «Este es el negocio del que viven mi mujer y mis tres hijos, además de otras muchas familias. Si me prohíben fumar me hundo y me quedo en la calle». Si llegase la sanción, la respuesta será el recurso. «Nunca voy a pagar la multa voluntariamente, pero si no gano esta batalla, cierro mi negocio, despido a mis 16 empleados y me marcho lejos de España», apunta en lo que se asemeja a una amenaza que no parece que tenga vuelta atrás posible. «Llevamos ya siete años en caída libre y esto nos va a suponer la ruina».

«Vengo a solidarizarme con usted», le dice una clienta del restaurante. «Es usted un valiente, esperemos que cunda el ejemplo», le anima otro que pasa al interior del local, lleno en ese momento de personas que, en su mayoría, hacen uso de la invitación del propietario y desafían a la ley antitabaco fumando.

El hecho es que si bien la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR), descartó hace unos días que fuese a producirse un «efecto contagio» en nuestro país, son muchos ya los bares y restaurantes que han seguido el ejemplo del primer establecimiento insumiso de nuestro país y se niegan ahora a acatar la prohibición. Otros locales de Castellón, Valencia, Valladolid, Córdoba o Madrid han tomado nota de la estrategia del restaurante marbellí y continúan el pulso emprendido por la hostelería contra la Administración.


Cortina de humo
Para José Eugenio, la ley antitabaco responde a una estrategia del Gobierno para conseguir que no se hable de otros temas más importantes, como la difícil situación económica que atraviesa nuestro país. «Todo es una cortina de humo». Una de las consecuencias de la norma, además del impacto económico está siendo el aumento del número de conflictos derivados de la prohibición. «La sensibilidad está a flor de piel y va a haber más choques entre fumadores y no fumadores», pronostica el hostelero. No obstante, reconoce que la salud es «muy importante» y destaca el derecho de los no fumadores a no respirar el humo del tabaco si no quieren. «Lo que pido es que nos dejen elegir libremente cómo queremos que sea nuestro negocio», señala José Eugenio, que ve necesario también que haya locales libres de humos. «Igual que tú eliges el tipo de cocina del restaurante al que vas, deberías poder elegir si es de fumadores o no», apunta. Por el momento, quienes no han movido ficha son las asociaciones y federaciones de hostelería que, según el propietario, «no van a hacer nada para ayudarnos a salir adelante». No pasa un minuto sin que algún cliente se acerque a dar ánimos a este hombre que se ha convertido en el foco de la rebelión hostelera contra la ley antitabaco. «Muchos bares y restaurantes van a tener que cerrar, y ya hay bastante gente en el paro», finaliza.