Hollywood

Anne dolida sin su «Corazón» por Jesús Mariñas

La presentadora de TVE lamentó en la gala de Antonio Banderas que le quiten de su programa

Anne, dolida sin su «Corazón»; por Jesús Mariñas
Anne, dolida sin su «Corazón»; por Jesús Mariñaslarazon

Marbella a la búsqueda del glamour y esplendor perdidos. Lo hicieron anteanoche en la gala impulsada por Antonio Banderas que compartió con su ya grande hija Stella del Carmen –«prueba de que todavía se dan cosas buenas», dijo– causando sorpresa al no coger en ningún momento las manos de Melanie para entrelazarlas. Era característico de la pareja. Igual hay algo de lo que circula malévolamente indicando un distanciamiento que no se vio. Prodigaron miradas cómplices que lucían como los tres brillantes sobre esmeralda de la actriz.Glamour eterno en Teñu Hohenlohe y Beatriz de Orleans. Competían en rebordados kaftanes como Anita Obregón y Anne Igartiburu mostrando el muslo de la pierna izquierda bajo rajas casi provocadoras. «Voy como Angelina», ironizó Obregón cerca de una Carmen Lomana revestida cual burbuja champanera por el «Amen» de Simona Hohenlohe, novia eterna de Hubertus. Impecable el galán más internacional de nuestro cine –«Almodóvar nos está matando a trabajo»– y un Imanol Arias que vuelve a rodar «Cuéntame» y cogía de la cintura a Irene, mientras Cecilia Gómez hacía palmas cerca de un Iván Sánchez compitiendo en etiqueta.

Algunos observaron la decadencia física de Daryl Hannah pillada para darle morbo a la cita de los mil euros, que eso costaban las entradas con menú de Paco Roncero. Sandra Ibarra vistió un despropósito como para ópera vienesa, mientras Eugenia Silva demostró un estilo apropiado a la cálida noche, marcando más distancias con la siempre rígida Nieves Álvarez, a quien apalizan por sus presentaciones televisivas. Anne se dolía de que le quiten el corazón de La Primera: «No sé aún qué me ofrecerán, pero han sido quince años de lo mismo, ¡ay!», se condolía próxima a Adelaide de Orleans apenas reconocible. Más impacto causó Pablo de Hohenlohe, futuro duque de Medinaceli, con elegancia genética realzada sin el clasicismo engalanador por chaqueta tirolesa combinada con zapatos de hebilla.

La edad nos disculpa la nostalgia de noches similares, pero sin los Banderas –decían que ella tiene 60 y el cumplía 53 esa noche– cuando Mari Ángeles Gil competía en bronceado con Maite Zaldívar. El nuevo Hotel Guadalpín está en primera línea, el de «los malayos», cerrado a cal y canto. Su colega lo mismo acogió a Lolita que los arrumacos de Imanol mientras los de Ford ofrecieron sushi en el Don Carlos.