Bar Refaeli: «Estoy cansada de ser modelo»

México vuelve a ser el destino escogido por la modelo para disfrutar de la Navidad. Por ahora, disfruta del sol y luce curvas en biquini acompañada de unos amigos, pero lo que no sabemos es si DiCaprio se unirá a ella en México, ya que el año pasado lo comenzaron juntos en Cabo San Lucas. Días antes de viajar a Los Cabos, habló con LA RAZÓN en Los Ángeles.
Sin rastro de maquillaje y muy pendiente de su Blackberry, la modelo se pone en manos de un estilista antes de protagonizar la última campaña de Rampage mientras nos concede unos minutos para hablar con nosotros. Asegura que la moda es una herramienta de trabajo a la que da la importancia que se merece: «Seguir las tendencias es divertido. Me gusta jugar con ellas, porque es cierto que un estilo de prendas pueden hacerte sentir mejor. Pero no es importante en mi vida». Vestida con un vaquero y camiseta, confiesa que fue su madre, también maniquí, quien la animó a seguir sus pasos en esta industria: «Ella es mi ejemplo. Hay muchas mujeres en el mundo que me inspiran, porque con su ejemplo demuestran su responsabilidad», asegura.

Una línea de ropa
Desde hace unos años la vida de Refaeli no es del todo normal. Creció en un rancho propiedad de su padre, criador de caballos, y con tan sólo ocho meses protagonizó una campañas de publicidad para la televisión: «Odiaba mi trabajo. Todos mis amigos jugaban mientras yo viajaba por el mundo, lejos de ellos y de mi familia». Un episodio polémico –un matrimonio fugaz que le permitió eludir el servicio militar obligatorio israelí y continuar con su prometedora carrera como modelo– la puso en contra de sus compatriotas: «Tal vez la comunidad ortodoxa de mi país no apruebe mi trabajo, pero yo soy de esas que piensan: "Vive y deja vivir". No me importa enseñar mi cuerpo, no creo que haya nada malo en ello».

Considerada una de las mujeres más hermosas del mundo –tiene los ojos azules y unas medidas (89-60-89) de impresión–, la belleza, dice, no le obsesiona: «No pienso que el físico dé poder. Lo esencial es el comportamiento de cada persona, no ser atractiva». Pero, reivindicaciones aparte, Bar ha aprendido a rentabilizar su fama cuando se trata de una buena causa. Colabora en organizaciones que luchan para mejorar las condiciones de la infancia y en asociaciones en defensa de los animales: «De pequeña me enseñaron a tratar a los demás con respeto». Y reconoce que no le da miedo envejecer, aunque signifique perder su trabajo: «Puedo seguir varios años más, aunque estoy un poco cansada de ser modelo. Soy una mujer que se mira muy poco en el espejo». Precisamente, ahora le gustaría diseñar su propia línea de ropa y continuar su carrera en el cine.

Y, al preguntarle qué ejercicios físicos realiza para cuidarse, responde con humor: «Andar por los aeropuertos de todo el mundo (se ríe). Cuando tengo tiempo, hago cuarenta minutos de cardio, pesas y abdominales».

DiCaprio, abierto al judaísmo
Refaeli comenzó a salir hace cinco años con Leonardo DiCaprio (Foto 2), por la revista «Forbes» el actor más rentable de 2010. Lo suyo, al parecer, fue un flechazo en toda regla, aunque a la «top» no le gusta hablar sobre su relación, y menos aún sobre una posible boda con su novio. Sin embargo, según «Dail Mail», DiCaprio, que al parecer ya busca una parcela en Israel para construir una casa y así estar más cerca de la modelo, se muestra dispuesto a convertirse al judaismo para casarse con Bar, que confiesa su deseo de ser madre: «No quiero tener seis hijos como Angelina Jolie, pero sí me gustaría tener al menos tres».