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El Cairo

La OTAN bombardea el despacho de Gadafi en Trípoli

Ante la imposibilidad de detener a las fuerzas de Gadafi sobre el terreno, la OTAN atacó en la madrugada de ayer la residencia y cuartel general del coronel.

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Se desconoce si éste se encontraba en Bab el Azaziya cuando un misil aliado destruyó uno de sus despachos, pero pocas horas después la TV estatal mostraba imágenes del dictador vivo y desafiante, al igual que su hijo, Seif al Islam, que aseguraba que la de la OTAN en Libia es una «batalla perdida» y sus ataques sobre Trípoli «asustan sólo a los niños». Ante el aumento de la presión y las operaciones internacionales sobre la capital libia, el régimen respondía con su habitual propaganda agresiva, acusando a la OTAN de provocar decenas de víctimas civiles y de intentar asesinar a Gadafi. Por su parte, la Alianza explicó el bombardeo diciendo que está centrando sus esfuerzos contra los núcleos operativos y de comunicación desde los que se lanzan los ataques contra los civiles, que la OTAN debería limitar o evitar. Pero su misión está fallando en Misrata, donde la violencia se ha recrudecido desde que Gadafi anunció el cese de sus operaciones en la ciudad el pasado sábado.

El número de víctimas no hace sino crecer, y de forma más rápida cada día, aunque no se puede confirmar la veracidad de las cifras. Lo que sí se va descubriendo es la destrucción dejada en los barrios de los que se han retirado las tropas de Gadafi y adonde los habitantes están volviendo para encontrar sus casas bombardeadas y saqueadas. Asimismo, van haciendo el recuento de todos los desaparecidos, supuestamente raptados por las tropas de Gadafi. Éstas se encuentran ahora en las afueras de Misrata, desde donde siguen bombardeando distintos barrios con artillería pesada: la imprecisión de los misiles de largo alcance está causando graves daños materiales y humanos, y ni los civiles ni los rebeldes pueden enfrentarse a ellos. El Ejército del coronel ha vuelto a su táctica clásica: atacar desde la distancia, para evitar el combate cuerpo a cuerpo, que favorece a los revolucionarios, pero situarse suficientemente cerca de los civiles como para no ser bombardeado por la OTAN.