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Trinidad Jiménez recibida en Damasco al grito de «Siria libre»

El «Día de la Ira» convocado a través de Facebook prendió ayer por primera vez en Siria. Mientras la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, visitaba la Mezquita de los Omeyas, decenas de manifestantes exigían libertad a las puertas del templo

La ministra de Asuntos exteriores, ayer con el presidente sirio, Bashar el Asad
La ministra de Asuntos exteriores, ayer con el presidente sirio, Bashar el Asadlarazon

El corazón de la ciudad vieja de Damasco se convirtió por unos minutos en el catalizador de los que ansían imitar las revueltas que están transformando el mundo árabe. Una joven, tocada con un velo blanco y envuelta en la bandera, lideró la reivindicación al grito de «¡Siria libre, libre!». La omnipresente Policía secreta no tardó en hacerse con la situación, pero las inéditas imágenes fueron captadas por un equipo de Televisión Española que seguía a Jiménez. El cámara pudo ver cómo varios miembros de la Mujabarat redujeron a un manifestante que se resistía a marcharse.

Aunque la jefa de la Diplomacia española no vio ni oyó «nada», como ella misma confesó, durante la mañana pudo hablar de «reforma» en un país que lleva 47 años coartado por la Ley de Emergencia. La ministra se reunió el presidente, Bashar el Asad, y después ofreció una rueda de Prensa junto a su homólogo, Walim Moalem. Al menos en público, «Trini» no vendió las bondades de la transición española. Fuentes próximas a las conversaciones aseguran que en privado la cosa es bien distinta y que, incluso, algún ministro del Baaz afirmó que quizá cuando la ministra vuelva «ya tengamos una ley de partidos». Un alto funcionario sirio habría afirmado que nada es descartable tras la caída de Túnez. La aprensión del régimen es un hecho, pero hasta ahora una mezcla de apatía y mucho miedo va ganando la partida. La protesta, aunque escasa en número, tiene relevancia por el estrepitoso fracaso de convocatorias previas. El todavía débil impulso reformista ya ha logrado que Asad levante la prohibición de más de 200 páginas de Internet, incluidas Facebook y Youtube.

Este periódico pudo constatar el enorme temor que infunde en los damascenos la posibilidad, por remota que sea, de ser identificados con la oposición.
 Sin embargo, no esconden la admiración que les causan otras revueltas porque «demuestra que los árabes no somos distintos, amamos, odiamos y ahora también nos manifestamos». «Sé que la democratización es un largo camino, pero me da igual lo que pase, al menos hemos recuperado el respeto del mundo, nos confesaba una joven, anónima, claro.


Ejemplos de la represión del régimen
Un tribunal militar acaba de condenar al escritor Ali Abdala a tres años de cárcel por calificar de «fraudulentas» las elecciones de Irán. Hace un mes, Tal al Mallohi, una joven bloguera de 19 años, fue sentenciada a cinco años por «espía». Aunque el ministro de Exteriores fingió ayer con descaro desconocer el caso de Abdala, es otra muestra de que el férreo control que Asad heredó de su padre sigue intacto. El entramado de Inteligencia ideado por el «León de Damasco» sigue vigilando.