Barcelona

La carta-trampa: los presos no han pedido perdón

Los etarras que quieren reparar a las víctimas no se han dirigido a las suyas 

El primer día de la Ertzaintza
El primer día de la Ertzaintzalarazon

Los presos de ETA (con asesinatos a sus espaldas), que han suscrito una carta en la que abogan por el «la reparación de las víctimas», no se han dirigido, pese al tiempo pasado, a los familiares de las personas que mataron para pedirles perdón, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la AVT. De hecho, las consideran una «consecuencia del conflicto».Entre los firmantes del documento, se encuentran Rafael Caride Simón y José Luis Urrusolo Sistiaga, dos individuos que cumplen condena por múltiples asesinatos. El primero fue uno de los autores materiales de la matanza de Hipercor, en Barcelona, el atentado con más víctimas mortales de los cometidos por ETA. Urrusolo acabó con la vida de varias personas, la mayoría de ellas en Cataluña. Carmen Guisasola Solozabal y Kepa Picabea Ugalde , que han suscrito la misiva, cuentan también con sanguinarios historiales. Formaron parte, en la década de los ochenta, de células que operaban en el País Vasco.La petición de perdón, si es que las víctimas están dispuestas a aceptarla, y la entrega de las cantidades de dinero a las que fueron condenados en concepto de responsabilidad, sería, según las referidas fuentes, un paso previo que acreditaría la buena voluntad de los presos.A este respecto, Ángeles Pedraza, vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del terrorismo (AVT) y futura titular de esta entidad, al encabezar la única candidatura que se ha presentado para el próximo congreso, señaló a LA RAZÓN que los etarras nunca han pedido perdón a sus víctimas y no se han dirigido a ellas para, de manera voluntaria, hacerles entrega del dinero que les adeudan. «Muy al contrario, siempre han procurado poner sus bienes a nombre de terceros para que no pudieran ser embargados. Lo importante es que cumplan las condenas que se les han impuesto hasta el último día», subrayó.Lo cierto, es que los firmantes de la carta se referían a las víctimas como «consecuencias del conflicto», palabra con la que ETA trata de justificar siempre sus actividades terroristas: la existencia de un supuesto contencioso entre España y el País Vasco, que la banda, que ha actuado siempre al margen de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos de esa Comunidad, trata de «resolver» con la imposición de sus «soluciones» por la vía de las armas.En el documento hacen referencia a la solución que se articuló en Irlanda para que el IRA dejara las actividades terroristas y sus presos fueran excarcelados. La organización criminal, con ese nombre, no atenta, pero sí una escisión, que se reclama «auténtica», con lo que el problema del terrorismo continúa aunque lo sea con menor intensidad. Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo ayer que la carta es «un paso significativo». En declaraciones a la Cadena Ser, aseguró que «siempre ha habido disidencia en las cárceles» y «ahora es más amplia y más pública que nunca», ya que «ahora se atreven a decirlo».

 

El primer día de la ErtzaintzaDurante su discurso con motivo del primer Día de la Ertzaintza, el lendakari, Patxi López, definió ayer a los agentes de la Ertzaintza como «el orgullo y la esperanza» de la sociedad vasca, al mismo tiempo que destacó su labor como «cuidadores» del pueblo, que «más de una vez han tenido que verter sobre sus uniformes las lágrimas de los valientes». En este sentido, López aseguró que cada vez «está más cerca el día en que no tendréis que ocultar ya más el orgullo de ser ertzainas en Euskadi».