Con las orejas gachas

Aplauden los mercados la inyección de 750.000 millones para rescatar a los pigs europeos. Es como si la sonrisa hubiera vuelto a la cara de los ministros, asediados estos días por los zarpazos de un movimiento especulativo que ha sacado a relucir las vergüenzas de la pésima gestión económica que se viene haciendo en España. Pero el rescate no es gratis. Zapatero, con las orejas gachas, se está teniendo que comer sus palabras para decir hoy que sí a lo que antes era que no. Sí a más recortes, sí a más control del gasto, si a más rigor presupuestario. Aquí ya no se salva nada: ni la inversión productiva ni el gasto social. El nuevo reajuste extra de 15.000 millones sólo se puede realizar metiendo la tijera en todas las partidas. Le dijo el otro día González a Zapatero que lo que corresponde en estos momentos delicados es hablarle a España de sacrificios. Justo lo contrario de lo que el presidente ha venido haciendo hasta hoy. Pero la realidad, que es tozuda, se acaba casi siempre imponiendo. Tuvimos que asumir que había crisis y ahora que no hemos hecho nada para salir de esa crisis. Lo único que hicimos fue tomar medidas contrarias a lo que exige el sentido común en tiempos de tribulación.