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Cataluña

Aguirre exige a Rubalcaba que desaloje ya el campamento

Los empresarios denunciarán al ministro del Interior por no cumplir la ley. Los acampados decidirán mañana si continúan en la Puerta del Sol

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MADRID- «No está sola Barcelona» o «un bote, dos botes, mosso el que no bote» gritaron ayer los 400 «indignados» que aún quedan en la Puerta del Sol. En Madrid, la jornada fue complicada para los acampados que, con flores en sus manos y las palmas pintadas de blanco –una iniciativa que promovieron a través de la red social Twitter– , quisieron manifestar su descontento con los desalojos de las Plaza de Cataluña, Badalona y Lérida.

A pesar de que un día más la jornada discurrió en un ambiente festivo, las autoridades tienen cada vez más cercados a los nuevos residentes del corazón de la capital. Ya ni vecinos, ni tampoco los comerciantes de la zona, logran que su convivencia con las lonas y el hedor que las lluvias de los dos últimos días sea agradable. Además, ayer el agua les provocó más de un quebradero de cabeza y obligó a una recogida precipitada de los documentos en los que ahora trabajan para elaborar un manifiesto y tratar que su movimiento no se desinfle.

Lo tienen complicado porque tanto el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento de la capital o la confederación de empresarios CEIM exigieron a Interior soluciones «inmediatas» a los problemas económicos y de salud pública que está provocando la permanencia durante casi dos semanas del campamento.

La concentración podría acabar con sus organizadores en los tribunales si el presidente de la confederación de empresarios CEIM-CEOE cumple su palabra. Arturo Fernández exigió al Ministerio de Interior a través de un comunicado una «urgente» y «definitiva» actuación porque los vendedores de la zona «ya no aguantan más». Para comerciantes y hosteleros la situación es «insostenible» ya que, aseguran, acumulan un descenso de ventas de entre el 70 y el 80 por ciento desde el inicio de la acampada hace ya prácticamente dos semanas. Piden que, cuanto antes, se lleve a cabo el desalojo para acabar con lo que es, según el presidente de los comerciantes de las calles Preciados y Carmen, Ignacio Lario, «un poblado chabolista en pleno centro de Madrid». Más duro fue el consejero de Presidencia, Francisco Granados, que consideró que «se ha quebrado el Estado de Derecho y se ha conculcado la libertad de libre circulación de personas».
 
No será hasta el domingo cuando los acampados decidan en asamblea si continúan con sus protestas en la Puerta del Sol o si optan por otro tipo de movilización para tratar de mantener vivo su mensaje, informa Efe. «El cansancio existe, los ánimos y la convicción siguen igual de fuertes», aseguró Iván, uno de los portavoces de los acampados que de nuevo ayer recibieron un camión cargado con 3.500 kilos de comida mientras sus casetas impiden la adecuada reposición de los comerciantes de Sol.


Un foco de insalubridad
A pesar de que al principio los «indignados» estaban muy concienciados de mantener la Puerta del Sol limpia, ya han pasado muchos días y la basura se acumula. Las altas temperaturas, seguidas de las fuertes lluvias de ayer, han convertido el «campamento» en un foco de infecciones, según el delegado de Seguridad del Ayuntamiento de la capital, Pedro Calvo, que ayer envió a la Delegación del Gobierno un informe sobre las condiciones de salubridad de la Puerta del Sol.

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