Ibiza

«Balconing» y otros juegos para coquetear con la muerte

Arrojarse a las cataratas Victoria, pasear entre leones, dar de comer a los tiburones... ¿Es que la vida es tan aburrida como para necesitar complementos de aventura? El «balconing» es el «deporte» de moda este verano. En lo que va de año, seis personas han fallecido, la última este domingo en Ibiza, y una treintena han resultado heridas (la mayoría han quedado paralíticas de por vida) al precipitarse desde todo tipo de edificios en las islas Baleares.

«Balconing» y otros juegos mortales
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El «balconing» es una bomba cuando, tras una noche de juerga, alcohol y drogas, algunos jóvenes arriesgan la vida para saltar a la habitación de al lado o para lanzarse a una piscina, mientras los amigos, también borrachos, graban la hazaña con el móvil y cuelgan el salto en Youtube.

El «balconero» típico es un joven turista, británico o alemán, con bajo sentido del riesgo, potenciado por el consumo de alcohol y drogas. Normalmente, son turistas que vienen una semana a nuestro país para emborracharse a diario. Un estudio revela que más del 50 por ciento de los jóvenes turistas eligen España como lugar de vacaciones por su vida nocturna. Y el 95 por ciento declara haber consumido alcohol durante su estancia en nuestro país.

Ante la gravedad de los hechos, los hoteleros están planteando sancionar económicamente estas acciones e instan a los ayuntamientos a emprender campañas de sensibilización, similares a las que la DGT realiza con los accidentes de tráfico, para alertar sobre los peligros del consumo de alcohol, para acabar con la idea de que ocio y vacaciones no son sinónimos de beber y de descontrol y, sobre todo, para no terminar la juerga en urgencias y con el cuello roto tras lanzarse al vacío. De momento, algunos hoteles han adoptado medidas de urgencia. La principal actuación ha sido aumentar la altura de las barandillas, optando por balcones casi cerrados.

Origen del «balconing»

El precursor de esta moda fue la estrella de rock Charly García. El intérprete argentino se lanzó, hace diez años, desde un noveno piso del hotel Aconcagua, en Mendoza (Argentina), hasta el segundo donde se encontraba la piscina. Un salto de 20 metros en caída libre hasta impactar con el agua, con sólo tres metros de profundidad para amortiguar el golpe. No sufrió heridas. Su imprudente zambullida, radiada hasta la saciedad en televisión, se ha extendido hasta nuestros días.

Competiciones estúpidas

Pero también este verano hemos tenido noticia de otras competiciones estúpidas, como la de meterse en una sauna a ver quién aguanta más tiempo con más calor. Uno de los «finalistas» murió en el intento (un ruso, a 110 grados). Otras competiciones que demuestran que la idiotez humana no tiene límites son: ver quién come más hamburguesas o quién aguanta más tiempo sumergido en el hielo...

También está la moda de las «previas» como nueva forma de diversión nocturna. El objetivo: consumir alcohol hasta el límite sin medir las consecuencias. El final: un coma etílico e incluso la muerte. Entre los juegos encontramos El cobarde y, según cuentan, las personas deben realizar una ronda y tirar un dado. «Si sale el Nº 1 se debe tomar el trago a fondo blanco (la bebida puede ser cualquiera), si sale el Nº 2 lo bebe la persona que está a la derecha, y si es el Nº3 quien se encuentra a la izquierda», aclaran. «Con el Nº 4 ó 5 se juega a doble o nada, es decir puedes tomarte el trago o arriesgarte a volver a lanzar y si sale un número superior no tomas, pero si sale igual o inferior bebes el doble».

Aventuras turísticas más extremas

Pero son las propias agencias de viajes las que organizan escapadas para los más osados. Estas son las ocho propuestas turísticas más extremas que puedes practicar alrededor del mundo:

1. Pasear con leones. Esta experiencia, muy diferente de un tranquilo safari, puede vivirse en Masuwe, cerca de Vistoria Fall, en Zimbabwe.

2. Dar de comer a los tiburones. Palaos, en el mar de Filipinas del océano Pacífico, cuenta con empresas que imparten cursos de buceo. La prueba final es dar de comer a los tiburones.

3. Puenting. Lanzarse al vacío mediante un salto desde un puente. Sobre el río Bloukrans, cerca de la bahía de Plettenberg, hay un puente que mide 216 metros de alto.

4. Bañarse en las Cataratas Victoria. Se trata de un salto de agua del río Zambeze en la frontera de Zambia y Zimbabue. Una caída de más de 100 metros.

5. Safari de osos polares. Uno de los sitios que ofrece esta atracción se encuentra en las islas noruegas de Svalbard.

6. Paracaidismo. En Nueva Zelanda, por ejemplo podrás tirarte al vacío desde 4.500 metros de altura y experimentar 60 segundos de caída libre a 200 kilómetros por hora.

7. Conducir un tanque militar. La aventura de manejar un tanque de combate se encuentra en Mahlwinkel, en Alemania.

8. Bungee. Similar al puenting, pero con una cuerda elástica que permite los rebotes. Las playas mexicanas de Acapulco y Cancún son un par de ejemplos.